Según el IET, el índice registró una baja de 0,8 puntos porcentuales respecto a marzo. Bebidas alcohólicas y tabaco lideraron las subas (4,1%). En los deciles 1 a 3, correspondientes al 30% más pobre, la suba fue del 2,4%, mientras que en el decil 10, que agrupa al 10% más rico, fue del 2,05%. Los hogares con jefe desocupado fueron los más afectados, con una inflación del 2,48%, seguidos por aquellos con jefes asalariados no registrados (2,47%).
Según la medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) la inflación de los trabajadores registrados alcanzó el 2,3% en el mes de abril. Este valor representa 0,8 puntos porcentuales menos que el 3,1% de marzo y constituye la tasa más baja desde julio de 2020. En términos interanuales, la inflación se ubicó en 47,8%, el menor nivel desde junio de 2021.
El director ejecutivo del CCD y exministro de Educación, Nicolás Trotta, fue contundente en su análisis sobre la desaceleración del índice de precios: “la baja de la inflación, gracias a la continuidad del ancla cambiaria bajo un régimen algo diferente, se produce en un contexto donde el gobierno parece tener éxito en que las paritarias ajusten salarios bien por debajo de la inflación mensual esperada. Esto establece una caída permanente del salario real y lleva al hundimiento del consumo masivo, ahogando toda posibilidad de recuperación de la actividad y el empleo. Así, la desinflación tiene como condición básica que los salarios tomen el papel de ancla nominal y sacrifiquen toda chance de recuperación real en el altar de una estabilidad que termina pareciéndose mucho a la paz de los cementerios”.
De acuerdo el informe del IET “el aumento de precios estuvo encabezado por la división de bebidas alcohólicas y tabaco, que subió 4,1%, impulsada por los aumentos en cigarrillos y cervezas. Le siguieron prendas de vestir y calzado (3,6%), y bienes y servicios varios (3,3%). El rubro de mayor peso de todos, alimentos y bebidas no alcohólicas, aumentó al mismo ritmo que el índice general (2,3%), aunque con dinámicas internas dispares: mientras frutas y verduras registraron bajas que aliviaron el índice, proteínas animales como pescados (7,8%) y carnes (5%) presionaron al alza. El rubro de menor inflación fue recreación y cultura (1,2%), lo que en parte se explica por la caída del 14,7% en paquetes turísticos”.
Por su parte, el coordinador del IET, Fabián Amico, resaltó que “el nuevo esquema del gobierno, tras el mega préstamo del FMI, permitió estabilizar el tipo de cambio y llevó al cuasi colapso de la brecha cambiaria, induciendo una nueva baja de la inflación, en particular de alimentos, sumado a una pausa en el ajuste de los precios regulados (tarifas).
El ancla cambiaria tiene como condición que el BCRA no acumule reservas, ya que, si la autoridad monetaria compara divisas a efectos de cumplir las metas pactadas con el FMI, la demanda resultante llevaría el tipo de cambio por encima de la mitad de la banda y podría inducir mayores expectativas de devaluación y poner en riesgo el incentivo al carry trade. De modo que el gobierno aspira a mantener bajo el tipo de cambio, no cumular reservas y pagar los próximos vencimientos de deuda con más deuda”.