Hoy se cumplen cinco meses de aquella noche negra en Catamarca. Maximiliano “el Puma” Artero era un destacado futbolista, que desplegó su carrera por clubes como Sportivo Villa Dolores, Defensores de Esquiú, o Rioja Juniors, entre otros. Muy querido en el ámbito del deporte, a los 33 años su vida transitaba por los caminos de la normalidad que cada uno de nosotros puede tener, en familia, con algún emprendimiento comercial, hasta que la desgracia se cruzó en una ruta.
En los primeros minutos del último día de junio pasado, las noticias comenzaron a llegar a cuentagotas a los medios: “Dos muertos en Fray mamerto Esquiú tras un tremendo hecho de tránsito ocurrió en el comienzo esta madrugada de domingo a las 00:00 horas en Ruta Provincial 1, a la altura del kartodromo de Payahuaico”, decía una de las crónicas, y agregaba: “Por causas a determinar, colisionaron un Renault 19 al mando de Hernán Artero (33) y un Fiat Uno en el que iban cuatro personas, de las cuales pudieron salir Jerónimo Caso (44) e Indalecio Zabaleta. Las otras dos personas que quedaron en el interior del vehículo, fallecieron calcinadas y no habían sido identificadas al momento de esta publicación. Artero fue traslado en ambulancia al Hospital San Juan Bautista”.
Las imágenes eran terribles, dantescas.
Quienes eran las víctimas fatales
Pablo Yadón, era exjugador, dirigente y entrenador del equipo de femenino de Catamarca Rugby Club. La pérdida de su vida conmocionó al club catamarqueño, que suspendió ese domingo su partido por el torneo de la Unión Andina.
Fernando D’Agostini, por su parte, era hermano de Walter, empresario, dueño de Autovía u expiloto de autos.
Luego llegaron las primeras noticias sobre el sobreviviente, Maxi Artero, indicando que estaba lúcido, que domingo se le estaba realizando una operación pero por una complicación no pudieron seguir y los médicos estaban esperando el momento adecuado para continuar. Desde esas primeras horas hasta este sábado 30 de noviembre, pasaron muchas cosas para la recuperación de Maxi, incluyendo gestos solidarios por parte de los clubes de la Liga Chacarera de fútbol, con actividad a beneficio porque debía ser trasladado a la ciudad de Buenos Aires, donde iba a ser sometido a una intervención quirúrgica de alta complejidad.
En las últimas horas, Maxi realizó un posteo en su cuenta de Facebook, y comenzó escribiendo sobre su “vida anterior”, donde recuerda: “Hoy, hace cinco meses de esa noche fría de sábado, que al volver a casa de mis suegros donde estaba mi familia tuve ese accidente que nunca esperaba y me cambió la vida. Esa noche de casi domingo volví a nacer. Porque estoy seguro que Dios me protegió e hizo el milagro que hoy me permite estar vivo. No había publicado nada en todo este tiempo, porque no me sentía preparado. Han sido cinco meses muy difíciles y dolorosos tanto física, emocional y psicológicamente. Pero sigo con la fe intacta de que todo esto pasará. Estoy Seguro que los tiempos de Dios son perfectos y que lo que él tiene preparado para mí después de esta batalla es un plan divino. No quería dejar pasar la oportunidad y agradecerles por todo lo que me han ayudado este tiempo, sin ustedes no hubiera sido posible, a todos los que me ayudaron con su granito de arena, con sus oraciones o buenos deseos. Esto también es demasiado costoso y el aporte de todos ustedes a lo largo de este tiempo nos ha traído hasta acá. Tengo mucho por lo que seguir luchando, por más difícil o triste que sea esto. Mis hijos, mi mujer y toda mi familia y amigos, conocidos y desconocidos, Gracias”.
A comienzo de septiembre, Roberto Saquilán y Enrique Moreyra tuvieron el noble gesto de acercarle a su compañero Maximiliano Artero la copa de campeón conseguida con el Sportivo Villa Dolores durante el fin de semana.
En la parte final de su posteo, el Puma se muestra agradecido con quienes siempre estuvieron cerca, interesándose en su recuperación, y principalmente con Dios: “No quiero nombrarlos para no olvidarme de nadie, Pero nunca voy a dejar de agradecer que ese sanatorio estuvo colmado de gente preocupada por mi. Dios los bendiga a todos y eternamente gracias. Yo soy fiel creyente y testigo de que los milagros existen y donde la ciencia no llega, Dios sí. Los extraño y los amo un montón”.