El mejor jugador del mundo convirtió los primeros goles de las Garzas ante Philadelphia Union por la fecha 31 de la MLS.
Fueron dos meses de espera, 62 días en total, desde que sufrió aquella lesión ligamentaria en el tobillo derecho durante la final de la Copa América ante Colombia que se realizó el 14 de julio. Pero el tiempo no alteró una sana costumbre: Lionel Messi regresó con festejo incluido en el cruce de este sábado ante Philadelphia Union en el Chase Stadium.
A los 25 minutos, el campeón del mundo convirtió el primer tanto de su cuenta personal: se desmarcó de Kai Wagner en la medialuna, ingresó al área y resolvió con una definición al palo derecho del arquero, Andrew Vincent Rick, luego de una excelente combinación entre Jordi Alba y Luis Suárez.
Cuatro más tarde, a los 29′, el argentino concretó su doblete con un remate raso al caño inverso después de un pase lanzado por el propio Alba sobre el costado izquierdo. Vale destacar, esos tantos sellaron la remontada (2-1), luego de que Mikael Uhre había adelantado a la visita a los pocos segundos del comienzo.
A los 44 minutos, el 10 volvió a ser protagonista en el encuentro desde un rol más secundario porque el árbitro, Sergii Boiko, le anuló a instancias del VAR lo que era su asistencia a Luis Suárez, debido a que el rosarino se hallaba en posición adelantada previo al pase dado al Pistolero.
Leo reinició este sábado el camino por intentar alcanzar la cifra de Cristiano Ronaldo como máximo goleador de la historia del fútbol: está a 61 goles de distancia. El rosarino de 37 años celebró 840 tantos y brindó 374 pases de gol en los 1070 juegos que protagonizó en su carrera.