Es una de las condiciones ginecológicas más comunes, afectando hasta a un 15% de las mujeres en edad reproductiva. Sin embargo, sigue siendo un enigma. No tiene una causa clara, su diagnóstico puede tardar años y su principal síntoma es un dolor que muchas veces la sociedad ha normalizado. Hablemos de la endometriosis.
La endometriosis es un trastorno tan común como silencioso. Se produce cuando el endometrio, el tejido que normalmente recubre el interior del útero, crece en lugares donde no debería: los ovarios, las trompas de Falopio o incluso en la zona abdominal.
El problema es que este tejido «exiliado» se comporta como si todavía estuviera en el útero. Cada mes, con el ciclo menstrual, se engrosa, se descompone y sangra. Pero a diferencia del flujo menstrual, esta sangre no tiene por dónde salir. Queda atrapada, generando inflamación, quistes, tejido cicatricial y, en la mayoría de los casos, un dolor que puede llegar a ser crónico e incapacitante.

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Un abanico de síntomas y un diagnóstico esquivo
La endometriosis es un trastorno de extremos. Puede ser tan leve que algunas mujeres ni siquiera saben que la tienen (se estima que entre el 30 y el 50% de los casos son asintomáticos), o tan severa que afecta drásticamente la calidad de vida. Sus síntomas son variados, pero los más comunes incluyen:
- Dolor: Es el principal protagonista. Dolores menstruales muy intensos (antes y durante el período), dolor crónico en la parte baja de la espalda y el abdomen, y dolor al orinar o defecar.
- Sangrado irregular: Períodos muy abundantes (hipermenorrea), sangrado entre menstruaciones o ciclos muy cortos.
- Infertilidad: Es una de las consecuencias más graves, ya que la endometriosis puede causar dificultades o incluso la imposibilidad de gestar.
- Otros síntomas: Fatiga, diarrea, estreñimiento y náuseas.
Su diagnóstico es complicado porque sus síntomas a menudo se confunden con otras afecciones, como el síndrome de colon irritable. La confirmación definitiva muchas veces requiere una laparoscopia, un procedimiento quirúrgico.


Sin causa clara y sin cura (pero con tratamiento)
A día de hoy, la causa exacta de la endometriosis sigue siendo un misterio para la ciencia. Existen varias teorías —desde un «flujo retrógrado» de la menstruación hasta factores hormonales— pero ninguna está completamente validada. Lo único que se sabe con certeza es que tiene un fuerte componente hereditario.
Al no tener una causa conocida, tampoco tiene una cura definitiva. Los tratamientos actuales se centran en manejar los síntomas. Para los dolores leves, se usan analgésicos. En otros casos, se recetan anticonceptivos para reducir el sangrado y el dolor. Las opciones más extremas incluyen tratamientos hormonales más fuertes o, en última instancia, cirugías como la histerectomía (extracción del útero).
Afortunadamente, el estudio de este trastorno se está profundizando. La ciencia y la tecnología médica avanzan en la búsqueda de métodos de diagnóstico más exactos y menos invasivos, y en una mejor comprensión de una condición que, durante demasiado tiempo, ha sido un dolor silencioso para millones de mujeres.