Elon Musk y Vivek Ramaswamy prometieron declarar la guerra a la burocracia gubernamental que, según ellos, dificulta hacer negocios, como parte de su iniciativa de desregulación vía el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE).
Sin embargo, se enfrentarán a adversarios formidables, y no solo a los “burócratas no elegidos” a los que suelen criticar. Además del histórico apetito de Washington por crear nuevas normas, los líderes del DOGE podrían descubrir que las promesas de campaña de Donald Trump también conllevarán la proliferación de nueva burocracia.
Ya en el norte se comenta que ei eres un empresario esperando reducciones en las regulaciones gubernamentales en los próximos años, la industria en la que operes podría marcar toda la diferencia. Según Dan Goldbeck, director de política regulatoria del American Action Forum, un grupo que monitorea de cerca las regulaciones, se avecinan acciones desregulatorias clave en sectores como la energía y los servicios financieros.
El miércoles, Musk sugirió en X, su plataforma de redes sociales, que podría abolirse por completo la Oficina de Protección Financiera al Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés). “Eliminar CFPB”, escribió. “Hay demasiadas agencias regulatorias duplicadas”.
No obstante, las acciones de la administración Trump en áreas como inmigración y salud podrían empujar en la dirección opuesta, según Goldbeck. “Es un panorama interesante y mixto”, añadió.
Dónde podrían aumentar las regulaciones
Durante su primer mandato, el presidente Trump —como otros presidentes republicanos antes que él— hizo de la reducción de regulaciones un foco clave y hasta organizó eventos en la Casa Blanca para enfatizar su determinación frente a las cámaras. Sin embargo, Trump, al igual que sus predecesores, tuvo un récord más mixto en general.
Durante todo su primer mandato, según datos del grupo de Goldbeck, Washington finalizó 1,336 regulaciones en diversas agencias gubernamentales, con un costo total de u$s64,7 mil millones para las empresas y casi 330 millones de horas de papeleo.
De hecho, Trump incrementó las regulaciones sobre negocios en tres de los cuatro años de su mandato. Solo en 2018 se observó una disminución en el costo de las regulaciones. Aun así, Trump fue uno de los presidentes más agresivos en recortes regulatorios en los últimos tiempos.
El American Action Forum rastreó las regulaciones desde 2005 y descubrió que los recortes de Trump en 2018 marcaron el único año en dos décadas en el que el costo total de la burocracia gubernamental disminuyó. En cambio, esos costos han aumentado considerablemente bajo la administración Biden, calculándose en $1.8 billones hasta la fecha.
Durante su primer mandato, Trump también aumentó los costos regulatorios en áreas como inmigración y salud, y Goldbeck predice que un segundo mandato podría seguir un patrón similar. Por lo tanto, Musk y Ramaswamy también podrían enfrentarse a un entorno legal que no sea tan favorable a su causa como esperan.
En un reciente artículo de opinión, ambos argumentaron que dos recientes decisiones de la Corte Suprema —West Virginia v. Environmental Protection Agency y Loper Bright Enterprises v. Raimondo— respaldarían sus esfuerzos.
Sin embargo, esa afirmación dejó perplejos a muchos expertos legales. Estas decisiones probablemente aumentarán el poder del poder judicial y del Congreso para anular regulaciones, pero tienen implicaciones mucho menos claras para las acciones ejecutivas de un presidente.
Goldbeck añadió que el ritmo lento de cualquier cambio regulatorio también podría obstaculizar los esfuerzos del DOGE para avanzar rápidamente y mostrar resultados significativos antes de la fecha límite del grupo, el 4 de julio de 2026.
Señaló que gran parte de los esfuerzos de la próxima administración Trump se centrarán en rescindir normas de la era Biden, un proceso que requerirá completar todo el ciclo de creación de normas.
“Eso tomará al menos un año o dos para materializarse”.