Brian O’Kelley, un emprendedor de la industria de la tecnología, explicó por qué tomó la decisión de donar el 90% del dinero que obtuvo a partir de la venta de una de sus compañías, operación que se cerró por la suma de 1.600 millones de dólares.
Según la visión del empresario de 48 años, que en 2018 le vendió su firma de tecnología publicitaria AppNexus al gigante AT&T, los multimillonarios que tienen yates y múltiples mansiones son “odiosos” y mantienen un estilo de vida que es “ridículo”.
Fue a partir de esa idea que, al vender su empresa, mantuvo una conversación con su esposa en la que ambos calcularon cuánto dinero necesitaban para vivir cómodamente. “Simplemente calculamos una cantidad que consideramos suficiente para comprar una casa y cosas así, la duplicamos y regalamos el resto”, le contó a la publicación Fortune.
Con los números sobre la mesa, O’Kelley y su familia decidieron quedarse con 100 millones de dólares, lo que equivalía a un 10% de su participación en la compañía tras la adquisición. El resto, más de 1.500 millones de dólares, lo destinó a causas benéficas y proyectos sociales.
“Nunca quisimos tener tanto dinero como para que no tuviéramos que tomar decisiones”, dijo el hombre, y apuntó: “Tenemos una vida increíble, podemos hacer casi todo lo que queremos. Pero tenemos que hablar de nuestro presupuesto como cualquier otra persona”.
El fundador de AppNexus consideró que acumular miles de millones y presumir de ello solo sirve para alejarse de la realidad: “No entiendo por qué necesitas 200 mil millones, 500 mil millones o incluso 1.000 millones. La alegría de apreciar lo que tenemos y tomar decisiones difíciles es realmente fundamental”.

Además, señaló que no se sentiría bien si sus hijos, con una vida de privilegios, no tuviesen que esforzarse por conseguir lo que quieren. “Me siento fatal porque mis hijos pueden volar en Business”, dijo, y agregó: “He volado por todo el mundo en clase turista muchísimas veces, esto es darme un capricho, pero no quiero malcriar a mis hijos. Y mucho de esto me lleva a pensar en cómo ven la vida desde sus ojos. Quiero que compartan un poco de la lucha que yo tuve que dar para llegar hasta donde estoy hoy”.
O’Kelley enfatizó sus cuestionamientos hacia el estilo de vida de multimillonarios como Jeff Bezos: “No puedes tener un yate, un helicóptero, una isla y un gran edificio con tu nombre y todas esas cosas, porque entonces resultas un poco insoportable. Ningún ser humano puede llegar a apreciar realmente eso. Es un desperdicio de dinero increíblemente ridículo en un mundo donde hay tanta gente que no lo tiene”.
El empresario considera como algo fundamental el mantenerse conectado con la normalidad y tener límites que le permitan llevar una vida responsable. “No quiero llegar a poder actuar sin consecuencias. Creo que ese es el mayor riesgo. ¿Cómo podemos ser responsables cuando tenemos tanto dinero como para poder comprar cualquier cosa?”, sostuvo.
Actualmente, el emprendedor se dedica a construir su tercera startup, una compañía de datos de emisiones de la cadena de suministro llamada Scope3.