Gracias al rápido accionar del Cabo Carlos Ferreyra, personal del Grupo de Intervenciones Rápidas de la Policía de Misiones, un bebé de dos meses que se estaba asfixiando logró sobrevivir. En un momento de extrema tensión, Ferreyra aplicó maniobras de reanimación y logró salvarle la vida.
En la madrugada de este miércoles, un dramático episodio puso a prueba la preparación y el compromiso del personal del Grupo de Intervención Rápida de la Policía de Misiones, en el barrio San Jorge de Posadas. Gracias a la rápida reacción del Cabo Carlos Ferreyra, un bebé de apenas dos meses de vida logró sobrevivir tras sufrir una asfixia.
El Oficial Sub Ayudante Leonel Ayala estaba a cargo de la guardia de turno. Mientras se encontraba realizando su recorrido de prevención, recibió un llamado de alerta por radiofrecuencia. Una madre desesperada llegó hasta la dirección del Grupo de Intervenciones Rápidas con su hijo, quien presentaba graves dificultades respiratorias y signos vitales débiles debido a una obstrucción provocada por una mocosidad.
“Al llegar al lugar, observé al Cabo Ferreyra realizando la maniobra de Heimlich para reanimar al bebé, que estaba sin signos vitales”, relató el Oficial Ayala. Ferreyra, quien tomó la iniciativa en el momento crítico, explicó: “Era un bebé de apenas dos meses y prematuro de siete meses. En ese instante, solo pensé en actuar rápido y hacer lo mejor posible”.
La situación fue angustiante, tanto para los efectivos policiales como para la madre del pequeño. “Fueron entre cinco y diez minutos que se sintieron eternos. La madre estaba desesperada, rogándonos que salvemos a su hijo”, agregó Ferreyra.
Una vez que lograron estabilizar al bebé, el Oficial Ayala decidió trasladarlo de inmediato al Hospital de Fátima, el más cercano. Allí, los profesionales confirmaron su estabilización y determinaron su derivación al Hospital Pediátrico del Parque de la Salud para una revisión más exhaustiva. Finalmente, tras recibir atención médica, el bebé fue dado de alta y regresó a su hogar junto a su madre y hermana.
El accionar del Cabo Ferreyra fue reconocido por sus superiores, quienes destacaron su capacitación y profesionalismo. “Este hecho demuestra la constante preparación de nuestro personal y el compromiso de la institución con la comunidad”, señaló el Oficial Ayala.
Ferreyra, por su parte, confesó que solo fue consciente de la magnitud del suceso al llegar a su casa. “Recién al otro día me di cuenta de lo que había pasado y me emocioné mucho. La madre también nos agradeció profundamente”, comentó.
Este acto heroico reafirma la dedicación y vocación de servicio de la Policía, demostrando que su labor va más allá de la seguridad y que muchas veces puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
