La escalada de enfrentamientos en la provincia siria dejó al menos 594 víctimas fatales, entre ellas 300 drusos, muchos ejecutados sumariamente. El gobierno sirio acusa a Israel de impulsar el caos y fragmentar el país con sus bombardeos.
La provincia siria de Al Sueida volvió a ser epicentro de una violenta escalada que, en apenas cuatro días, dejó un saldo de 594 personas muertas, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). Entre las víctimas figuran 300 integrantes de la comunidad drusa, 154 de ellos civiles, de los cuales 83 fueron ejecutados sumariamente por efectivos vinculados a los ministerios de Defensa e Interior de Siria.
Los enfrentamientos se recrudecieron tras la retirada de las fuerzas gubernamentales, en un contexto en el que Israel volvió a bombardear la región a pesar de la entrada en vigor de un alto el fuego pactado entre las tropas sirias y las facciones locales. Según la OSDH, 15 militares del gobierno sirio murieron como resultado de los ataques israelíes, mientras que un periodista perdió la vida durante la cobertura del conflicto.
Además, se registró la muerte de 257 soldados del régimen y 18 combatientes beduinos sunitas, así como tres miembros de tribus ejecutados por milicias drusas, en un cuadro de enfrentamientos cruzados entre grupos étnicos y religiosos con creciente tensión territorial.
La nueva ofensiva israelí del jueves tuvo como blanco las afueras de la ciudad de Al Sueida. Aunque la agencia oficial SANA no precisó los objetivos, el OSDH señaló que uno de los bombardeos alcanzó a un grupo de beduinos, comunidad que ha protagonizado choques recientes con los drusos, a quienes el gobierno israelí ha declarado públicamente estar protegiendo.
Desde el lunes hasta el miércoles por la noche, antes del anuncio del cese de hostilidades, Israel había realizado múltiples ataques sobre territorio sirio, golpeando puestos del Ejército y zonas estratégicas. El miércoles, una fuerte oleada alcanzó el cuartel general del Estado Mayor y zonas próximas al Palacio presidencial en Damasco, así como áreas rurales en Al Sueida y Deraa.
El presidente sirio Ahmed al Sharaa acusó a Israel de buscar “arrastrar a Siria a una guerra abierta y sembrar la división interna”. En un discurso televisado, denunció que “la entidad israelí recurrió a ataques a gran escala contra instalaciones civiles y gubernamentales” y afirmó que tales acciones “empujan al país hacia una escalada de gran alcance”.
“No les daremos la oportunidad de involucrar a nuestra gente en una guerra que ellos quieren desatar en nuestra tierra”, declaró al Sharaa, y agregó: “Hemos dedicado nuestras vidas a afrontar desafíos y a defender a nuestro pueblo, pero hemos priorizado los intereses de los sirios sobre el caos y la destrucción”.
El contexto actual revela un escenario altamente volátil, donde la tensión geopolítica regional se combina con conflictos étnicos internos, dejando a la población civil atrapada en medio de una espiral de violencia sin precedentes desde el inicio del conflicto sirio.