En Venezuela se originó un hecho inédito que no hizo más que poner de manifiesto una vez más el disconformismo de los protagonistas con quienes son los encargados de tomar decisiones en la cabina del VAR. Esta vez ocurrió en un encuentro entre Deportivo Táchira y Caracas, clásico, por la quinta jornada del Clausura de su país. Luego del 1-1 en tiempo reglamentaria con el que repartieron un punto por bando, se definió una copa amistosa en tanda de penales y el elenco visitante decidió ejecutar los remates afuera en señal de protesta por una determinación polémica de los jueces.
Se disputaba el minuto 99 de partido y Caracas, que se había puesto en ventaja en el primer tiempo con el tanto de Ender Echenique, llegó al 2-1 agónico gracias al oportunismo del panameño Everardo Rose, quien desaforado corrió y se sacó la camiseta para celebrar la victoria que no fue porque la jueza asistente Migdalia Rodríguez levantó su bandera. Enseguida el juez principal, el internacional Alexis Herrera, expulsó por doble amarilla al autor del gol y se puso en comunicación con el VAR para definir si era offside o no.
Aunque las repeticiones de la jugada mostraron que el hombre del conjunto caraqueño parecía estar habilitado, los encargados del VAR, Reyes Soto y Jorge Urrego, advirtieron al referí en cancha que se trataba de una fina posición adelantada, motivo por el cual terminó festejando todo Táchira, que había igualado a través de un penal bien sancionado por el VAR por una mano en el área, frente a la bronca de los de la capital. Maurice Cova fue el autor del 1-1 en el tiempo adicionado de la etapa inicial.
Durante la protesta generalizada, el futbolista del Caracas Renne Rivas fue expulsado por palabras desmedidas. Así fue que los dirigidos por Fernando Aristeguieta afrontaron la tanda de penales, ya en carácter amistoso y solamente para definir al ganador de la “Copa Rey de Marcas”, con solamente 9 jugadores. Durante el sorteo entre capitanes todo transcurrió normalmente, pero la tanda de penales sorprendió a todos.
Carlos Vivas anotó el primero para Táchira, ante el arquero Frankarlos Benítez (reemplazó a Wuilker Faríñez) que se quedó parado en el medio y con poca reacción. Luis Casiani fue el encargado del primero de Caracas, pero lo tiró afuera de forma deliberada. “¿Qué hizo Casiani? ¿Qué quiso hacer? Con qué displicencia…”, exclamó el relator del partido. Yanniel Hernandez convirtió el 2-0 para el local y el guardameta visitante, de nuevo, no se movió. Anderson Contreras, de zurda, remató desviado también frente a los abucheos locales. En ese momento todos comprendieron que se trataba de una protesta contra la decisión arbitral.
“¡Hijos de puta, hijos de puta!”, gritaron desde la grada. Gleiker Mendoza puso el 3-0 en la tanda y Benítez tampoco ofreció oposición. Néstor Jimenez definió la tanda con un nuevo tiro que salió lejos del arco y el bochorno se completó. Aunque no fue oficial, el espectáculo terminó empañado.