En un clima de mucha alegría y gratitud, durante la lluviosa mañana de este jueves 4 de septiembre, día en que celebramos al Beato Mamerto Esquiú en el 4° aniversario de su Beatificación, Catamarca comenzó a vivir la Fiesta de la Protección de Nuestra Madre del Valle, a 21 años del sismo de 2004. Las celebraciones se enmarcan en el Año Jubilar y están animadas por el lema “Peregrinos de esperanza”.
Los actos litúrgicos centrales se iniciaron con la Bajada de la Sagrada Imagen desde el Camarín en brazos del obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, acompañado por el rector del Santuario Catedral, padre Juan Ramón Cabrera; el vicario general, padre Julio Murúa; los párrocos de San Antonio de Padua y Sagrado Corazón de Jesús, presbíteros Ángel Nieva y Salvador Acevedo, respectivamente; y el capellán del Santuario Catedral, padre Ramón Carabajal, hasta el Presbiterio, donde fue recibida por los fieles devotos entre cantos, vivas y aplausos.
Luego, el Obispo guió el rezo del Santo Rosario ante la Sagrada Imagen, que previamente colocó en la urna celeste, que habitualmente se usa para la Solemne Procesión.
En estos momentos se celebra la Santa Misa, presidida por el padre Gustavo Molas.