El juicio contra el sacerdote Fernando Páez comenzó este lunes en Tartagal, donde enfrenta graves acusaciones de abuso sexual doblemente agravado en perjuicio de un exseminarista. Los hechos por los cuales se le acusa habrían ocurrido entre 2015 y 2019, durante su tiempo como párroco en la Parroquia de la Santa Cruz de Villa Saavedra. La denuncia fue presentada en julio de 2019 por la víctima, identificada como K., quien asegura haber sufrido los abusos mientras era seminarista en Orán.
La acusación de abuso sexual se basa en la relación cercana que el sacerdote mantenía con la víctima, quien describe cómo los abusos habrían iniciado a partir de un interés del sacerdote en su “vocación”. Según la denuncia, este vínculo estrecho se habría convertido en el espacio en el que Páez habría cometido los delitos.
El abogado defensor de Fernando Páez es Aldo Hernández. Por su parte, el Ministerio Público Fiscal está representado por Pablo Cabot, quien tiene la tarea de argumentar a favor de la acusación. La víctima, K., está siendo acompañada en este proceso por la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico nacional, y uno de sus psicólogos está programado para declarar como testigo durante el juicio.
La acusación contra Páez se ve amplificada por el contexto en el que se desarrolla. El sacerdote es señalado en un ambiente ya marcado por otras causas de abuso sexual en el ámbito eclesiástico, como la condena del obispo emérito Gustavo Zanchetta, quien también fue señalado en casos similares y ya ha sido sentenciado.
Este juicio se convierte en un nuevo capítulo en la lucha contra el abuso sexual en el ámbito eclesiástico, donde el sistema judicial y las víctimas intentan visibilizar las responsabilidades de aquellos que, bajo el manto de la institución religiosa, cometieron crímenes de esta naturaleza