Durante la décima primera sesión de la Cámara de Diputados, el presidente del bloque radical en la Cámara baja Alfredo Marchioli, tomó los guantes y puso en agenda un tema que calificó como de “enorme gravedad gubernamental y política”: el hallazgo y retiro de un lote de fentanilo contaminado en dos sanatorios privados de la provincia “del que nadie dijo nada”.
El legislador expresó su profunda preocupación por el riesgo al que fueron expuestos los catamarqueños y cuestionó el hermetismo oficial. “El Ministerio de Salud lo sabe y tiene la obligación de comunicarlo. Se trata de una cuestión de seguridad y salud pública”, advirtió, al tiempo que señaló que los lotes fueron retirados de los sanatorios Pasteur y Junín, vinculados directamente a la familia del gobernador Raúl Jalil.
“¿Por qué no se comunica de dónde fueron retirados estos lotes? ¿Qué se está escondiendo? ¿Qué se está encubriendo?”, se preguntó el diputado, quien alertó sobre posibles complicaciones de salud en pacientes tratados con esa sustancia y deslizó que el silencio podría buscar proteger jurídicamente a los sanatorios involucrados.
Marchioli enmarcó esta situación dentro de la crisis nacional provocada por organismos debilitados tras las políticas de ajuste: “Lo advertimos cuando se comenzó a hablar de motosierra. No había árbol viejo ni especie exótica o nativa: talaron absolutamente todo. Y en esa deforestación también cayeron los organismos que debían garantizar la seguridad sanitaria de todos los argentinos”.
Recordó que este escándalo ya se cobró la vida de al menos 96 personas en el país y vinculó la tragedia con la actuación del laboratorio García Furfaro, cuyo titular fue detenido e imputado.
“Las investigaciones demostraron la trazabilidad de los lotes y que los fallecimientos tienen causa directa. No sé si son 96 o si habrá más que aún no fueron descubiertas”, sostuvo.
El radical exigió explicaciones urgentes al Ministerio de Salud y reclamó la presencia de la ministra y los funcionarios competentes en la Comisión de Salud de la Cámara. “Debemos saber quiénes fueron parte del operativo de secuestro, en qué sanatorios se realizó, dónde está ese lote y quiénes fueron tratados con ese fentanilo contaminado. No soy médico, pero es sentido común: podemos salvar vidas”, enfatizó.
Finalmente, Marchioli advirtió que el silencio institucional erosiona la confianza de la sociedad y puede transformarse en complicidad política. “Estamos hablando de vidas catamarqueñas, de nuestros hermanos. No comprendo por qué tenemos que llegar a este nivel de irresponsabilidad gubernamental y política. Si nadie refuta esta versión es porque es verdad”, concluyó.
El caso del fentanilo contaminado no solo expone la fragilidad del sistema sanitario, sino que abre un debate mayor sobre la transparencia y la responsabilidad política en Catamarca. El ocultamiento de información frente a un hecho que compromete la vida de pacientes no es solo una falla administrativa: es un quiebre de confianza entre la ciudadanía y sus instituciones, alertó el propio Legislador quien además revel un telón de fondo incómodo para el oficialismo provincial: la cercanía de los sanatorios involucrados con el poder político.