La delicada situación de la destilería Refinor en Campo Durán, en Salta, atraviesa un punto crítico con un fuerte impacto social y económico en el norte de Salta. En lo que va del año, se registraron más de 130 despidos y suspensiones, equivalente a casi el 40% de la planta, y el sindicato petrolero advierte que podrían sumarse nuevas bajas en las próximas semanas.
La crisis se enmarca en el avance de Vaca Muerta como epicentro de las inversiones energéticas del país. La concentración de recursos en Neuquén dejó relegadas a otras cuencas, particularmente la del norte argentino, lo que redujo la producción y las inversiones en Salta. El secretario general del gremio petrolero, Sebastián Barrios, recordó que Refinor ya cerró dos plantas de procesamiento y mantiene solo operaciones logísticas y de gas.El dirigente advirtió que hace apenas diez días fueron suspendidos 28 contratistas, quienes perciben el 70% de su salario y fueron invitados a desvincularse. Si la tendencia se mantiene, a fines de agosto podrían sumarse más de 20 despidos de personal propio. A ello se suman los ceses de marzo y el cierre de una empresa de servicios petroleros que pidió la quiebra la semana pasada, dejando sin empleo a 25 personas.
“Esto no es solo un conflicto laboral, es un problema social”, subrayó Barrios. Según explicó, la pérdida de puestos de trabajo golpea directamente a la economía regional: “En Aguaray se siente día a día en los comercios y en toda la comunidad”. El gremio también cuestionó las políticas nacionales que priorizan la explotación no convencional en Neuquén. “Para Argentina puede ser una solución, pero para nosotros fue devastador. Todo lo que no es Vaca Muerta perdió interés para el gobierno”, remarcó.La crítica alcanza a YPF, que incluso puso en venta áreas fuera de la producción no convencional, entre ellas en Salta. Aun así, Barrios insistió en que la provincia conserva recursos petroleros que podrían sostenerse con inversión y una política energética activa a nivel local.
En abril, tras el anuncio de Refinor de suspender la refinación de crudo, el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, inició gestiones con los accionistas de la empresa —YPF e Hidrocarburos del Norte, del grupo Integra—. En ese momento, los directivos aseguraron que no habría despidos, solo un reacomodamiento del personal, y que se evaluaban alternativas como trasladar crudo a plantas de Mendoza o Buenos Aires.
La Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas Privado y Biocombustibles (FASiPeGyBio) declaró el estado de alerta y movilización, aunque tras encuentros con autoridades empresariales y provinciales se destacó la existencia de un “diálogo permanente” y la promesa de evitar ceses. Hoy, la realidad contradice aquellos compromisos.Ante la emergencia, el gremio propone que la empresa provincial REMSA asuma la operación de yacimientos maduros, siguiendo experiencias aplicadas en Formosa y Jujuy. “No podemos competir con Vaca Muerta, pero la actividad petrolera sigue siendo una fuente clave de ingresos para la provincia. Necesitamos parar este sangrado y estabilizar la producción”, concluyó Barrios.