Informe: Juan Carlos Medina
(Corresponsal de Radio TV Valle Viejo en Belén)
A esta hora todavía, en la ciudad de Belén, el domicilio de la docente asesinada en Santa María, Ramona Ramos, sigue vallado. Hay una consigna policial, porque todavía no arribaron los peritos para trabajar en el lugar. Y anoche, en medio del dolor, pudimos conversar con los integrantes de la familia, que están destrozados, y nos han autorizado a dar a conocer una cronología muy rápida, de lo que ellos conocen sobre el caso, dejando un manto de dudas.
Desde la familia de la víctima, remarcan que una vez realizada la autopsia, no les informaron a qué hora habría fallecido, a qué hora habría sido la muerte de Ramona. El domingo pasado, cerca de las 12.30 aproximadamente, se hizo presente un policía en el domicilio de uno de los hermanos de la familia Ramos, de Gregorio Ramos, que es con quien hablamos, para avisarle que su hermana habría tenido o estaba involucrada en un hecho de sangre. Nada más.
Ellos pidieron explicación, pero solo le dijeron que el suceso ocurrió en Santa María, y que no le podían dar más información. Trataron de averiguar por todos lados y no les dijeron nada. Entonces emprendieron viaje a Santa María. A las seis de la tarde, la fiscal subrogante recién pudo conversar con ellos. No les permitían que se acerquen ni al hospital ni a donde fue el desenlace, donde se encuentra una cámara.
Dicen desde la familia de la víctima que hay un video que muestra el momento en que, en teoría, Ramona se arroja o la arrojan de la camioneta, pero no hay coincidencia por la inercia del cuerpo que se meta luego debajo de las ruedas para terminar aplastada, como dice Edgardo Chayle, el imputado. Sobre el cuerpo, tienen muchas dudas porque fue llevado a la casa de Chayle. Y según averiguaron, allí, para ellos, en colaboración con los padres del sospechado de homicidio, habrían lavado el cuerpo y lo habrían puesto en una cama, porque se nota, dicen, que les han informado que la sábana no tiene la sangre pura, sino más bien aguada, que allí la depositaron y que recién fueron a buscar a una enfermera que se encontraba en la adyacencia al domicilio, no en una posta. Y cuando llegó la enfermera, les dijo que “esta mujer está muerta”. Recién en ese momento avisaron a la policía.
Los familiares de Ramona ya estaban en Santa María ese el domingo 6 de la tarde. Pero, mientras todo esto pasaba, surgía otro dato: los hermanos que se quedaro en Belén, fueron a la casa de Ramona, que está a unos 100 metros de la casa paterna, y se encontraron con tres personas, dos hombres y una mujer, que salían de esa vivienda. Les preguntaron quiénes eran, les dijeron que eran amigos de Chayle, y que Chayle les había pedido que guarden una moto y otras cosas que estaban en el patio de la casa de Ramona. Esto sucedió en la mañana del domingo, cuando ya se había consumado el asesinato de Ramos. Y una mujer, a quien le preguntaron quién era, respondió “yo soy la novia de Chayle”. No supieron explicar por qué ellos tenían la llave de la casa de Ramona.
La familia de Ramona entiende que este es un femicidio premeditado, y que ahora se hizo cargo de la causa el fiscal Walter Falcone, quien en estos momentos se está interiorizando de la causa que estaría plagada de irregularidades. Según los familiares de la víctima, los padres de Chayle, que son abogados, habrían tenido alguna participación, porque dicen que no puede haber manejado solo él el cuerpo de Ramona.
Y todo esto es lo que les preocupa, que se estén manejando de esa manera, alterando las pruebas. Están seguros de que el cuerpo de Ramona fue lavado o bañado y puesto en la cama. No saben si esto figura en el expediente. Temen quede este crimen quede impune y que haya influencia de parte de los padres de Chayle, sobre el Poder Judicial en Santa María.