La escena ocurrió este sábado por la noche en pleno centro de La Rioja y dejó al descubierto una realidad cruda y silenciada: la exclusión del sistema de salud. Una madre desesperada ingresó al local de Farmacity, en Av. Perón y Corrientes, empuñando un arma blanca y exigiendo un medicamento vital para su hijo con discapacidad.
“No me cubre la obra social, mi hijo lo necesita”, gritaba mientras pedía cannabidiol 100 mg, un fármaco prescripto para tratar epilepsias severas como los síndromes de Lennox-Gastaut y Dravet.
El encargado del lugar, Roberto González, intentó calmarla mientras pedía ayuda. La tensión fue tan alta que un transeúnte, conmovido por el drama, decidió intervenir y comprar el medicamento con su propio dinero.
La policía llegó poco después, y aunque demoró a la mujer, la fiscal de turno, Nadia Schargrodsky, decidió no aplicar flagrancia. En su lugar, intervino el área de Asuntos Juveniles, que trasladó a la madre y a sus hijos nuevamente a su casa. El arma fue secuestrada, y se espera que el farmacéutico realice la denuncia correspondiente.
El hecho, más allá del delito, refleja el abandono que sufren muchas familias en situaciones críticas. No se trató solo de una amenaza con un arma blanca, sino del grito desesperado de una madre empujada por un sistema que la dejó sola.