Donald Trump reconoció la gravedad de la crisis en Gaza durante un foro en Abu Dabi y expresó que “mucha gente está muriendo de hambre”. Su gira incluyó gestos diplomáticos, críticas a Biden y promesas de encuentro con Putin, pero no arrojó avances concretos sobre el conflicto.
Durante su participación en un foro empresarial en Abu Dabi, en el cierre de su gira por Medio Oriente, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió con preocupación a la situación en la Franja de Gaza y reconoció la gravedad de la crisis humanitaria. “Mucha gente está muriendo de hambre… Están pasando muchas cosas malas”, afirmó en su intervención, mientras continúan los enfrentamientos entre Israel y el grupo Hamas.
Trump aseguró que su administración sigue “muy de cerca” los acontecimientos en la región y remarcó la necesidad de intervenir ante las condiciones extremas que atraviesa la población civil. La visita del exmandatario había generado expectativas respecto a una eventual mediación para un alto el fuego o la reanudación de la ayuda humanitaria, pero no se concretaron avances significativos en esos frentes.
La escalada bélica en Gaza persiste, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró que su gobierno está dispuesto a aceptar una pausa temporal en las operaciones militares únicamente para facilitar la liberación de rehenes, pero descartó cualquier posibilidad de cesar el conflicto sin la derrota total de Hamas. “La situación ha cambiado. En los próximos días entraremos [en Gaza] con toda nuestra fuerza para completar la operación. Completar la operación significa someter a Hamas. Significa destruir a Hamas”, declaró.
Los últimos ataques israelíes en zonas como Deir al-Balah y Jan Yunis dejaron al menos 64 muertos, según fuentes sanitarias locales. Los cuerpos fueron trasladados a hospitales como el Nasser y el hospital Indonesio. Desde Israel, un funcionario indicó que estos bombardeos forman parte de una operación preparatoria de mayor envergadura, orientada a presionar a Hamas para liberar a los rehenes que mantiene en su poder. Se estima que 23 personas siguen cautivas.
En paralelo, familiares de los rehenes pidieron al gobierno israelí que colabore con Trump para facilitar su liberación. Un comunicado emitido por un foro de apoyo a las familias expresó preocupación ante la intensificación de los ataques y solicitó gestiones concretas para preservar la vida de quienes aún permanecen en manos del grupo armado.
Durante la última etapa de su gira, Trump visitó la Casa de la Familia Abrahámica, un complejo interreligioso en Abu Dabi que reúne una mezquita, una iglesia y una sinagoga. El lugar, construido tras los Acuerdos de Abraham firmados en 2020, simboliza el acercamiento entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel y promueve el diálogo entre las tres grandes religiones monoteístas.
En su intervención ante empresarios, Trump también destacó el fortalecimiento de los vínculos comerciales entre Estados Unidos y la región. “¿Creen que Biden estaría haciendo esto? No lo creo”, lanzó, en una crítica directa a su sucesor, y se autodefinió como un “animador” de los intereses económicos de su país en el exterior.
El expresidente adelantó además su intención de reunirse con su par ruso, Vladímir Putin, asegurando que “es momento de simplemente hacerlo” y que ese encuentro se concretará “tan pronto como se pueda organizar”. Según Trump, el líder del Kremlin no participó de la reunión entre representantes ucranianos y rusos en Turquía porque no estaba interesado en ese formato.
Trump anunció que regresará a Estados Unidos para conocer a su nuevo nieto, hijo de Tiffany Trump, y calificó su visita a Medio Oriente como “increíble”. Mientras tanto, en Israel, funcionarios del gabinete analizan las negociaciones en curso en Qatar y los próximos pasos frente a la crisis en Gaza.