Fabio Resquín es el segundo detenido por el femicidio de Candela Azoya (17), la adolescente que a fines de noviembre fue asesinada y desmembrada en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. Al prófugo lo encontró una prima de la víctima, durante la noche del lunes y de casualidad: reconoció su rostro al cruzarlo en la estación Plaza Constitución, mientras viajaba en el tren Roca.
Al identificar al sospechoso -que al igual que su hermano, Juan Resquín, venían eludiendo a la Justicia desde el inicio del caso- la familiar de Candela llamó a las autoridades. Rápidamente llegaron uniformados de la Policía Federal Argentina.
Cuando lo interceptaron, Resquín intentó camuflar su identidad: mostró un certificado de discapacidad de otra persona, e insistió con que todo se trataba de una confusión. Su coartada duró poco y, ante la insistencia de los uniformados, reconoció que era a quien buscaban, de acuerdo a lo informado por la agencia Noticias Argentinas.
Mientras se lo llevaban detenido, la prima de la víctima filmó el video que acompaña este artículo: “Mirá tía, se va a hacer Justicia. Acá lo encontré al rata. A uno de los ratas, porque al otro no lo vamos a poder encontrar”, dice detrás de cámara. El mensaje es para Sandra Azoya, mamá de Candela.
Por “el otro rata”, la joven que logró el hallazgo se refiere a Juan Resquín, hermano del recién detenido y prófugo de la Justicia en esta causa. Ambos son los principales acusados por el femicidio.
La investigación que lleva adelante el fiscal José Luis Juárez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 12 de Lomas de Zamora, todavía no esclareció por qué la mataron.
Carlos Azoya, primo de la víctima y primer detenido del caso -lo liberaron en las últimas horas luego de declarar, por pedido de la UFI- admitió haber llevado a Candela a la casa de los hermanos Resquín el 26 de noviembre, el último día que la vieron con vida.
Según su relato, acudió al lugar acompañado de su novia, quien habría manifestado su intención de esperar a uno de los hijos de los sospechosos. “Se hizo casi medianoche, no venía y yo decidí irme”, afirmó el primo en sede judicial.
El acusado aseguró, además, que cuando abandonó la vivienda, Candela seguía con vida. “Mi prima se quedó en la casa. Ella estaba viva”, declaró ante el fiscal, insistiendo en su inocencia y en que no tuvo participación en el asesinato. “Soy inocente. No tengo nada que ver en esta causa”, enfatizó.
Sin pruebas contundentes en su contra, el primo de Candela terminó en libertad por pedido del fiscal Juárez. Por otro lado, el investigador pidió la prisión preventiva de Alan Vega, segundo detenido y señalado como partícipe secundario del femicidio.
En la causa hay testimonios y registros de cámaras de seguridad que muestran a Vega colaborando con los hermanos Juan y Fabio Resquín en el traslado del cadáver hacia las vías del ramal Haedo del Ferrocarril Roca, donde el cuerpo fue quemado. Vega habría proporcionado el carro utilizado para mover el cuerpo, antes de sumarse a las tareas de incineración.
Está imputado como “partícipe secundario de homicidio agravado por ser cometido por un hombre hacia una mujer mediando violencia de género”.
Entre las sospechas que rodean el caso está el factor de la droga: los Resquín serían vendedores de sustancias ilegales en Villa Albertina. ¿Ocurrió algo con Candela que les afectó el negocio? ¿Ella vio algo que no debía? ¿Hubo un ajuste de cuentas que la tuvo como víctima colateral? Hasta ahora son algunas de las incógnitas que no encuentran respuesta en el misterio alrededor del crimen.
