Victoria Villarruel inició su primer viaje oficial al exterior desde que asumió la Vicepresidencia de la Nación. La dirigente desplegará desde hoy una intensa agenda de actividades en España, donde se reunirá con líderes políticos y empresarios, y compartirá una conferencia sobre terrorismo junto al rey Felipe VI y funcionarios del gobierno de Pedro Sánchez. Será la antesala de la visita al Vaticano, donde tiene previsto mantener una audiencia privada el próximo lunes con el papa Francisco.
La gira internacional ocurre en momentos en que la relación política entre Villarruel y Javier Milei no atraviesa por su mejor momento, se acumulan los gestos de diferenciación y se viene agravando la tensión entre los integrantes del binomio que ganó las elecciones el año pasado con más del 55% de los votos. Las críticas de la vicepresidente al acuerdo firmado por la Casa Rosada con el Reino Unido por Malvinas y su ausencia del lanzamiento de La Libertad Avanza como partido nacional fueron los últimos hechos de una larga serie de desencuentros con el primer mandatario.
En ese contexto de recelo y desconfianza, la vicepresidente inició los diez días de la gira, en los cuales se reunirá con políticos del Partido Popular y estará en una conferencia sobre terrorismo que organizaron la ONU y el gobierno socialista de Sánchez, que en mayo retiró a la embajadora María Jesús Alonso Jiménez, tras un duro cruce con el mandatario libertario. También, Villarruel se reunirá en Madrid con empresarios y luego marchará a Roma para verse con el sumo pontífice, que la última vez que habló sobre Argentina tuvo una ácida crítica sobre la actuación del gobierno de Milei frente a la protesta social y el uso de gas pimienta.
Según explicaron fuentes oficiales, la vicepresidente viajó junto a dos colaboradoras en vuelo de línea y tenía previsto hacer lo mismo para trasladarse posteriormente a Italia, para la audiencia privada con Jorge Bergoglio. A la agenda propia doméstica que viene ejecutando Villarruel -que genera malhumor en la Casa Rosada- le sumó ahora un capítulo internacional que puede alimentar las suspicacias que anidan en el entorno más cercano al presidente.
