Víctor Hugo Morales: “Ganó la emoción de levantarse cada mañana a poner el pecho”

En un contundente editorial, el periodista y conductor de La MañanaVíctor Hugo Morales, analizó quiénes fueron los verdaderos ganadores de las elecciones de este domingo en la Provincia de Buenos Aires y, como contracara de las afirmaciones del Gobierno de Javier Milei, que llamaba a, en las urnas, ponerle “el último clavo al ataúd del kirchnerismo”, dijo: “Ganó el clavo que nunca clavarán”.

El Editorial de Víctor Hugo:

Una brisa aliviadora recorrió el país, no solamente la provincia de Buenos Aires. La Argentina toma nota de que no es bueno pegarle tanto al hombre. Gana Kicillof, pero también gana Pablo GrilloIan Moche, el muchacho que perdió el ojo, Matías Aufieri, la vieja divina que empujaron y le rompieron la cabeza, la niña gaseada.

Gana la lucha, la emoción de levantarse cada mañana para poner el pecho. Ganó la voz de la plaza. Gana el médico del Garrahan que no pudo festejar porque debía operar a un pibe, los de la marcha de San Nicolás y todos los que están en la puerta de las fábricas para que no echen a sus compañeros.

Ganan los enfermos que no recibieron sus medicamentos. Matías Canzonetta, que en Junín vio morir a su padre por la falta de un marcapasos. Gana el Conicet, cada científico que está pensando ahora que a lo mejor se queda, que quizás todavía hay un país. Gana la universidad cercana.

Gana un país más justo, más noble, un país donde la crueldad sea desterrada. Gana el trabajo y la producción, y la idea de la distribución. Gana el Estado, y los estatales. Ganan los clubes de barrio. Gana Cristina en el balcón, triunfa la unidad del peronismo.

Gana la lucha contra la Corte Suprema del fallo que Clarín sacó a cambio de la bala que no salió. Gana la verdad a las encuestas fabricadas. Gana el conurbano donde sí se puede vivir.

Gana la mujer de la fila, gana la maravilla de recuperar al humano argentino, el abrazo, la poesía del abrazo, la sonrisa cómplice de esta mañana, el “vamos todavía”. Gana el clavo que nunca clavarán.

Fuente: Página 12