Este fin de semana culminará la expedición científica de estudio del cañón submarino de Mar del Plata denominada “Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata: Talud Continental IV”, llevada a cabo por integrantes del Conicet, que se hizo tendencia en las redes sociales por la enorme cantidad de espectadores que se sumaron a la transmisión vía streaming y por las diversas y divertidas formas de nuevas especies de invertebrados que el proyecto permitió descubrir.
A bordo del barco estadounidense Falkor y gracias a tecnología de punta (cámaras ultra HD y el robot SuBastian, que se posó sobre el lecho marino a 3.900 metros de profundidad y logró recolectar material de estudio inédito), 24 científicos argentinos de distintas instituciones —del Museo de Ciencias Naturales, de Mar del Plata, Córdoba, Ushuaia, Puerto Madryn— junto a otros dos científicos extranjeros invitados lograron llegar a un ecosistema de gran biodiversidad hasta ahora inexplorado. Y, lo mejor, ponerlo al alcance de todos.
La transmisión, emitida por el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, alcanzó picos de casi 100.000 espectadores en vivo, superando a canales como Olga o Luzu, los más elegidos por quienes miran contenidos bajo ese formato. Un interés que sorprendió incluso a los propios investigadores.
“Al principio lo conocíamos sólo nosotros, nuestros familiares, amigos y colegas de la comunidad científica. Pero alguien le hizo una captura a organismos como la famosa ‘estrellita con pompis’, se publicaron memes que se volvieron virales y se generó un gran interés en la transmisión. El primer día había menos de 100 espectadores y de repente había más de 80.000”, dijo Mariela Romanelli, técnica responsable de la colección de invertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales del Conicet.
“Nos sorprendió a todos: a los investigadores que están arriba del barco, a la ONG, al mundo. Creo que lo más interesante fue que se transmitió en vivo, y eso tiene un atractivo que no suele ocurrir. De repente algo que uno ve como inaccesible —el momento mismo en que se hace ciencia— se podía vivir sentado en casa, escuchando incluso el diálogo de los propios científicos, lo que te permite entender. Esa divulgación hizo que conecte”, añadió.
Un hito que amplía el conocimiento del fondo del mar
La mayor parte del océano profundo del planeta se encuentra inexplorado y lo que ocurre sobre el lecho del Cañón de Mar del Plata, 300 kilómetros aguas adentro de las costas de La Feliz, era hasta hoy absolutamente desconocido. Poder entender la biodiversidad de organismos de aguas profundas, su distribución, ecología e interacciones es de gran relevancia para poder utilizar adecuadamente los recursos presentes (biológicos, minerales, hidrocarburíferos) y a la vez proteger la gran riqueza de dichas áreas. Por eso la trascendencia de esta misión.
“Esto es algo nuevo. Los chicos que están arriba del barco concursaron, se esforzaron, hicieron un proyecto, lo ganaron y gracias a esto tuvieron las horas de barco, con el robot que se sumerge a profundidad y las cámaras ultra HD, y es la primera vez que científicos argentinos pueden observar el lecho marino argentino con sus propios ojos. Ver lo que ellos llevan años estudiando, que lo ven en el laboratorio con los animales medio rotos, es muy emocionante”, dice Romanelli en diálogo con Punto Medio (Radio 2).

La investigadora contó que “antes, la única forma de recolectar material del fondo del mar era mediante una técnica llamada ‘Rastra’: un cajón con una red que rastrillaba el fondo, y los ejemplares llegaban al laboratorio dañados. Ahora, verlos en su hábitat natural, interactuando, y con tanta definición, es emocionante para todos nosotros”.
Incluso confiesa que “hubo momentos en que lloré mirando el streaming y escuchando a muchos de los chicos que están ahí arriba, que son mis amigos y trabajan en el laboratorio de al lado, acá en la división de invertebrados. Verlos emocionarse con las nuevas formas que se están encontrando, que aún no tienen nombre científico, y saber que parte de lo recolectado quedará ingresado en la colección nacional de invertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales, es un orgullo enorme”.
“El hombre no puede llegar de manera normal a la estratósfera porque las condiciones no están dadas para la vida humana, pero tampoco a profundidades como estas por la temperatura, la presión o la falta de oxígeno. Un buzo, con entrenamiento, puede bajar a 30 o 40 metros, pero aquí estamos hablando de más de 3000. Los animales que viven allí están adaptados a esas condiciones, y sin esta tecnología sería imposible conocerlos”, resaltó.
Qué ocurrirá con la colección
Una vez que el barco vuelva al continente, cada investigador llevará las muestras correspondientes a su especialidad para estudiarlas en su respectiva institución. Y se viene un trabajo arduo de observación, reconocimiento y nombramiento de las flamantes especies.
“Las especies sin nombre serán descritas y nombradas, y todo el material deberá depositarse obligatoriamente en alguna colección nacional”, cuenta Romanelli. “Su destino puede ser el Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, la Universidad de La Plata o el instituto de Puerto Madryn. Y deberá quedar abierta para que toda la comunidad científica del mundo pueda acceder a ellas”, agregó.
Finalmente, la científica del Conicet aprovechó para pedir mayor reconocimiento y apoyo estatal a proyectos de este tipo y a la ciencia argentina en general: “No puedo dejar de mencionar que, mientras vemos estas imágenes y conocemos a los científicos —personas comunes que se levantan temprano todos los días para trabajar en un laboratorio—, hay una gran incertidumbre sobre el futuro de la ciencia en Argentina: si el CONICET se va a cerrar, si el año que viene habrá trabajo. Estamos agradecidos por este furor y por todos los medios que están ayudando a visibilizar lo que hacemos, porque la ciencia es el futuro y es importante invertir en ella. Nuestros científicos fueron formados en la universidad pública, con el aporte de los ciudadanos”, dijo.
“Estamos en un contexto difícil, con recortes presupuestarios, sin llamados a concurso este año, lo que impide que jóvenes doctores ingresen a la carrera de investigador. Muchos están pensando en trabajar de otra cosa o irse al exterior. Por eso es fundamental que esta repercusión sirva para que la gente tome conciencia de la importancia de la ciencia”, concluyó.