¿Y ahora qué? La pregunta que se hizo Scaloni, la que charló con sus jugadores después de otra consagración, de repente tiene una respuesta contundente, inobjetable: sigue la fiesta, sigue el dale campeón… todo sigue igual. En una sucesión de hechos inolvidables, primero hay show por la despedida de Di María, después hay show de fútbol (ahora sin él y sin Messi) y por último hay show con la vuelta olímpica de los bicampeones de América.
Así es la vida de esta Selección. Todo se mantiene tan lógico que hasta parece ilógico. No hay sorpresas ni siquiera un 5 de septiembre y aquellos fantasmas del 93. Tampoco ya duele Chile y sus finales. Si Argentina, de hecho, acaba de ganarle otra vez (y de yapa golearlo 3 a 0) para seguir en lo más alto en el camino rumbo al Mundial 2026.
La Scaloneta cuatro estrellas mantiene varias de sus esencias exitosas. Y lo mostró todo el partido, incluso cuando el resultado no lo acompañó en el primer tiempo. Hay una solidaridad, un compromiso, un uno para todos y todos para uno, un hambre de ganar, que permanece inalterable. No hay relajación ahí. Por el contrario.