Los detalles del hallazgo de la mujer enterrada en su propio jardín y las sospechas sobre su hija de 15 años

Los peritos se pararon frente al montículo de tierra removida, que había sido tapado con una chapa. A medio metro de ese sitio, había un pico con mango de madera embarrado. No les costó deducir que la tumba de 30 centímetros de profundidad por un metro y medio de largo había sido cavada con esa herramienta, en el patio de la casa ubicada en Tristán Suárez. Luego de excavar por unos minutos, las sospechas se confirmaron: encontraron el cuerpo de Claudia del Carmen Scrazzolo envuelto en sábanas y frazadas.

Al abrir el manto mortuorio de la mujer de 38 años, este miércoles, cerca de las 14, los forenses primero notaron que se trataba de una mujer de cabello negro, aspecto joven, delgada. Vestía un pijama de color marrón claro. Tenía las manos cubiertas de sangre, golpes en el cráneo y un detalle que les heló la sangre: el tatuaje de una rosa con un tallo largo que recorría su antebrazo izquierdo y que llevaba el nombre de su hija de 15 años, la misma que hoy está siendo investigada por el crimen.

La menor no es la única de la que sospechan los investigadores, quienes habían llegado al lugar por un posible femicidio. En primer lugar, la chica es apuntada por las versiones contradictorias que dio. Creen que, en todo caso, no pudo haber cometido el crimen sola. No solo por la brutalidad del ataque –sospechan que el arma homicida es una maza que fue secuestrada en la escena, aunque no tiene manchas hemáticas- sino también por el arrastre del cuerpo y la posterior excavación en el jardín de la propiedad.

Aunque aún resta conocer el resultado de la autopsia, los médicos pudieron deducir a simple vista que los golpes en la cabeza le habrían provocado la muerte. El cuerpo también presentaba golpes en la zona abdominal, resta conocer si son recientes o de vieja data. Notaron, además, que el dedo meñique de la mano izquierda estaba dislocado, una lesión, probablemente, provocada en un intento de defensa.

La chica de 15 años fue puesta a disposición del servicio de Niñez local y se encuentra en situación de abrigo, para su protección. No fue detenida. Sí lo fue su novio, de 24 años, por encubrimiento, aunque esa carátula podría variar.

Hasta el momento, la fiscal de género Lorena González se encontró con un fuerte hermetismo por parte de los allegados a la víctima y a su hija. Analizan cámaras de seguridad y celulares con detenimiento. No quieren dar ningún paso en falso que les impida esclarecer el macabro asesinato que habría sido cometido en el cuarto de la víctima, donde se encontraron manchas de sangre en las paredes y en el colchón.

Fuente: Infobae