En medio de los cruces entre el Gobierno y el PRO macrista en el Congreso, Javier Milei dijo esta mañana que Mauricio Macri no maneja su propia tropa, pero la casa de los libertarios no está exactamente ordenada.
El escándalo protagonizado por la diputada Lourdes Arrieta (Mendoza), que empezó con la polémica visita al ex represor Astiz y siguió con su denuncia penal contra el titular de la Cámara, Martín Menem, puso una vez más en jaque la credibilidad política de La Libertad Avanza en el Congreso. Y si bien en el inicio la Casa Rosada había mantenido distancia delegando el problema en el riojano, en los últimos días Karina Milei empezó a seguir más de cerca la polémica y evalúa, a contrarreloj, modos de ponerla en caja.
El problema data de varias semanas, pero un hecho puntual rebalsó el vaso. Además de la denuncia penal de Arrieta contra Menem, que representó un punto de quiebre, dicen que vieron un “juego con el kirchnerismo”. “Nos enteramos de que estaba hablando con (el presidente del bloque K, Germán) Martínez y con (Leopoldo) Moreau. Y en la Comisión de Peticiones y Reglamento, donde se pidió hablar sobre el penal de Ezeiza, ella (por Arrieta) le cargó las tintas a Martín, que no tenía nada que ver. Incluso habló de un delito. Ahí se dieron cuenta que no daba para más, que era ilógico que siguiera”, confiaron fuentes calificadas.
Por estas horas, la hermana del Presidente, que ya se había encargado de correr al ex jefe del bloque, Oscar Zago, por rebelarse, y excluyó a Marcela Pagano de la mesa de decisiones del grupo legislativo, está evaluando modos de sacarse de encima a la incómoda legisladora mendocina. “Estas cosas llevan tiempo, pero algo se va a hacer”, dijo un ladero de la poderosa secretaria general, conocida por su inflexibilidad frente a reacciones que considera traiciones.