Luego de varias horas de intensa búsqueda, la Policía detuvo al adolescente de 14 años que irrumpió en la escuela secundaria 5176 de Villa Esmeralda, provincia de Salta, con un machete. La Justicia dispuso su aprehensión luego de que se librara una orden formal en su contra. Inicialmente, la causa estaba caratulada como lesiones, amenazas y daños, pero la gravedad de los hechos llevó a recategorizarla como tentativa de homicidio.
El violento suceso dejó en shock a la comunidad educativa. La fiscal penal juvenil Carolina Mateo Bellini lleva adelante la investigación, en la que se analizan videos y testimonios de alumnos y docentes que presenciaron la escena. El caos desatado en Villa Esmeralda quedó registrado en imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales.
Según las primeras reconstrucciones, el adolescente habría discutido con un compañero antes del ataque. Horas después, regresó al colegio con el arma escondida en su mochila, ingresó por un lateral del establecimiento y recorrió los pasillos hasta irrumpir en un aula, donde intentó agredir a su objetivo. Los gritos de alarma y el pánico entre los estudiantes obligaron a la intervención de un docente, quien logró desarmarlo antes de la llegada de la Policía.
En las horas siguientes, circuló un supuesto audio del menor en el que amenazaba con futuros ataques. Las autoridades analizan la autenticidad del mensaje, mientras evalúan reforzar la seguridad en Villa Esmeralda y sus alrededores para prevenir nuevos episodios de violencia escolar.
El caso ha despertado preocupación en el ámbito educativo. Desde el Ministerio de Educación anunciaron medidas de contención psicológica para alumnos y docentes, además de la implementación de un esquema de seguridad más riguroso en la institución. La Justicia, por su parte, deberá definir el futuro del menor, quien por su edad es considerado no punible y no podrá ser sometido a un juicio ordinario.
En medio de la conmoción, se filtraron mensajes que el joven habría enviado a sus compañeros, donde defiende su inocencia y asegura que se le atribuyen hechos que no cometió. En su descargo, el adolescente menciona que solo quería estudiar y que siente que su vida ha sido destruida por la exposición pública del caso en Villa Esmeralda.
Los mensajes también revelan que el joven se siente traicionado por quienes lo rodeaban, asegurando que la viralización del caso en redes sociales lo ha afectado profundamente. Asegura que la situación ha tenido un impacto en su vida y en la de su madre, sintiéndose completamente devastado. Mientras tanto, las autoridades educativas evalúan las medidas a tomar y la posibilidad de una reincorporación controlada, aunque la comunidad escolar sigue dividida sobre la situación.
