Se trata fe Diego Molina, quien se desempeñaba hasta hace pocas horas como director provincial de Políticas de Prevención, Promoción y Abordaje Comunitario en Salud Mental y Adicciones de Catamarca del Ministerio de Salud.
El ministro de Salud de la Provincia, Lucas Zampieri, decidió removerlo de su cargo tras la denuncia de su pareja, Luciana Barboza, en la Unidad Judicial de Violencia de Género.
La víctima, además publicó en redes sociales que no es la primera vez que sufre episodios de violencia física y psicológica.
“Hoy me toca a mí”, dijo Barboza en Instagram, dando a conocer que Molina la agredió el miércoles 24 de octubre, “de tal manera, que estuve internada en un sanatorio de Capital. Llegó la policía, el SAME, en fin. Todo eso que se hace cuando estas cosas nos pasan”, comentó.
La denuncia fue realizada por la madre de la víctima, que trabaja con él, y luego ratificada por la propia pareja.
Sobre las consecuencias del acto violento, la denunciante detalló que recibió un golpe en la cabeza y quedó inmovilizada. “Fue tal que al día de hoy sigo con mareos y vértigo, dolores de cabeza, sin poder alimentarme con normalidad por el golpe en la mandíbula, una contusión en la cadera. Todo está documentado, todo está denunciado”, aclaró.
Antes de conocerse la decisión del ministro Zampieri de desplazar a Molina del cargo, la denunciante había manifestado: “Tengo que decir que no era la primera vez, que fueron numerosos los hechos de violencia física, ni hablar de la psicológica (todo también acreditado y con testigos nombrados ante la Justicia). Mi agresor no era solo mi pareja, es mi jefe. Digo ‘es’ porque pareciera que todo sigue en mi trabajo como si nada. Todas las personas que deben estar informadas de la gravedad de la situación lo están”.
Solo restaría conocer si el jefe de la cartera de Salud estaba enterado de estos episodios antes de la denuncia penal, y aún así no habría actuado hasta que, además, tomó estado público.