Este miércoles iniciaron los alegatos de apertura en el juicio por jurado que investiga la muerte de Sonia Liliana Garabedian, donde el principal imputado es Roberto Alejandro Barros, acusado por abandono de persona seguido de muerte. El hombre se abstuvo de declarar ante el jurado popular.
La fiscal Jesica Miranda aseguró que Barros conocía el estado de vulnerabilidad de su esposa, quien atravesaba una fuerte depresión, y tenía la obligación de cuidarla: “Puso en peligro la salud y la vida de Sonia, que terminó en su muerte”, sostuvo Miranda. También remarcó que, tras su fallecimiento, Barros regresó a la vivienda, retiró los muebles y se llevó a los hijos de la víctima, a pesar de estar notificado judicialmente sobre su deber de hacerse cargo de Liliana.
La querella, representada por el abogado Iván Sarquis, acusó a Barros de ejercer un abandono sistemático y progresivo, aislando a la víctima de su familia y entorno: “La anuló como ser humano. Sonia estaba en una situación extrema de vulnerabilidad, y la omisión de Barros la empujó al abismo”, afirmó. La parte querellante adelantó que presentará pruebas que demostrarán con contundencia su responsabilidad.
El defensor, Herman Zalazar, sostuvo que los hechos no ocurrieron como plantea la fiscalía. Alegó que Sonia Liliana no sufría una simple depresión, sino una enfermedad mental más grave: psicosis. Negó que Barros se haya apropiado de los bienes o “arrebatado” a los hijos, y sostuvo que en realidad los rescató, actuando como padre y no como victimario: “Salió a buscarla el 4 de diciembre de 2010. Fue la última vez que la vieron con vida. Pasaron quince años”, dijo.
La primera en declarar fue la madre de la víctima, Sonia Liliana Garabedian, quien comenzó a relatar el vínculo de su hija con el acusado y las circunstancias previas a su fallecimiento.