Miguel Antonio Rodríguez manifestó que tras 25 años de trabajo rural en la estancia Las Lajas, fue despedido sin indemnización, sin habérsele reconocido vacaciones, feriados ni días libres.
Asegura que sus pertenencias fueron retenidas por sus ex empleadores —Gustavo Piñata, María Luisa Barros y Julio Barros— y devueltas en condiciones indignas, muchas de ellas dañadas o faltantes.
El hecho ya es investigado por la Fiscalía Nº4.
Rodríguez reclama que lo dejaron “con lo puesto”, que le impidieron ingresar al lugar donde vivía, y que incluso intentaron retenerle animales registrados a su nombre.