Cerró una de las empresas de pisos cerámicos más importantes del país: 300 trabajadores despedidos

Afectada por la coyuntura macroeconómica, caída del consumo y apertura de importaciones, la fábrica de pisos cerámicos Ilva en Pilar, una de las plantas más relevantes de ese segmento industrial en la Argentina, decidió cerrar sus puertas y dejar de producir a comienzos de septiembre. Esta decisión desencadenó el despido de más de 300 empleados, que siguen todavía reclamando por el pago de su indemnización.

Tanto es así que, aún con una conciliación obligatoria mediante -que vence mañana-, las partes no logran ponerse de acuerdo y los trabajadores, en conjunto con los representantes gremiales, mantienen activadas marchas y cortes para hacerse oir. Puntualmente hoy, fuentes del Parque Industrial de Pilar, donde se aloja la planta, afirmaron que “está cortado el camino provincial para entrar al parque por ruta 8 kilómetro 60″, por lo que ya estaban haciendo la respectiva denuncia.

Además, desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires confirmaron que se produjo una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo bonaerense pero el abogado representante de la empresa no llevó ninguna propuesta de pago a los trabajadores cesanteados.

El conflicto tomó estado público cuando Ilva comunicó oficialmente la decisión de detener su actividad en la localidad de Pilar, provincia de Buenos Aires. Según versiones coincidentes en los sindicatos y funcionarios, el anuncio incluyó el cese de la operatoria, la desvinculación de toda la planta permanente y un plan de pagos de indemnizaciones. Los gremios ligados a la industria ceramista acusaron a la empresa de avanzar con “despidos masivos” y de impulsar retiros voluntarios sin diálogo previo.

La crisis laboral derivada de este cierre sumó rápidamente apoyos institucionales. Axel Kicillof, gobernador bonaerense, y Federico Achával, intendente de Pilar, visitaron a los trabajadores despedidos y se comprometieron a impulsar gestiones para resguardar los empleos. Ambos sostuvieron una reunión en el predio fabril junto a representantes sindicales del sector ceramista y obreros afectados. “Estamos del lado de los trabajadores y vamos a acompañarlos en todo momento para defender cada puesto de trabajo”, manifestó Kicillof.

La planta de Ilva, que operó durante décadas en Pilar, tenía un alto grado de especialización en la fabricación de pisos y revestimientos cerámicos. Su cierre fue interpretado por los gremios como un episodio que profundiza la crisis dentro de la industria ceramista, afectada por “caída del consumo interno, aumento de costos y apertura de importaciones”.