Una vecina del barrio Juan Perón de la ciudad santiagueña de La Banda se dirigía ayer jueves con su hija hacia la escuela del barrio IV Centenario, a donde asiste la menor. Alrededor de las 7.30, ya habían cruzado el canal que separa ambos complejos habitacionales y vivieron un momento dramático.
En medio de un basural que está detrás del predio del Sindicato de Luz y Fuerza y a pocos metros del borde del cauce artificial de agua, había una persona tirada. Se trataba de un hombre que estaba inmóvil entre las bolsas de desperdicios domiciliarios y tenía manchas de sangre. La mujer alejó a su hija menor del espeluznante escenario y alertó a la Policía.
El hecho provocó la presencia del personal de rescate de Luz y Fuerza, que comprobó que el hombre estaba muerto.
El hallazgo derivó también en la intervención de efectivos de la Comisaría Nº 12 y del fiscal de turno Nicolás Santillán, quien se trasladó al lugar con la fiscal coordinadora, Natalia Saavedra.
El cuerpo fue examinado por el médico de Policía, quien habría determinado que llevaba alrededor de seis horas sin vida y presentaba hematomas en el rostro, tres cuchilladas en la zona del esternón, una en el cuello y heridas cortantes de arma blanca en el labio superior, en el lado izquierdo del mentón y en el pabellón auditivo.
El cadáver fue sometido posteriormente a una autopsia y se dio intervención al Departamento de Homicidios y Delitos Complejos.
Hasta ese momento, la víctima estaba como NN porque carecía de documentación. Sin embargo, algunos vecinos que vieron el cuerpo sospechaban que se trataba de un vecino que tenía una casa en el barrio IV Centenario, a unos 300 metros del basural donde lo encontraron.
No obstante, el aporte significativo lo dio un empleado público. Vio la foto del cadáver que se había viralizado y reconoció las zapatillas. Eran de su amigo Rubén Agustín Maguna (45). Les contó a los investigadores que Maguna había estado antenoche en su casa del barrio Ampliación Parque Industrial y se retiró en su motocicleta Corven, de 110cc., alrededor de las dos de la madrugada.
El rodado no estaba en la zona del basural ni en su domicilio, donde vivía solo. Sin embargo, la moto fue encontrada en otro lugar en horas de la tarde.
Posteriormente, el hermano de Maguna, quien también es empleado público, reconoció el cuerpo.
Rubén Maguna vivía solo en una casa del barrio IV Centenario, en una calle sin nombre y sin salida del asentamiento del complejo habitacional. Las investigaciones policiales develaron que el hombre tenía un contrato de locación en la Municipalidad y poco contacto con los vecinos, quienes lo llamaban por el apellido. Estaba separado y tenía una hija.
Los investigadores develaron que supuestamente mantenía una relación informal con una mujer del barrio Mishky Mayu y el ex concubino de esta estaba molesto.
Durante la inspección ocular en el basural, les llamó la atención a los policías una bolsa nueva que estaba cerca del cuerpo. Al abrirla tenía una caja y un par de zapatillas nuevas, sin uso, con una factura a nombre de una mujer. Se trataba de la supuesta “novia” de Maguna o con quien últimamente “se estaba viendo”.
Este hallazgo orientó una de las pistas y tanto la mujer como su ex pareja fueron trasladadas desde sus respectivos domicilios hasta la dependencia policial. Finalmente, el hombre quedó aprehendido, mientras se profundizan las investigaciones.
Por otra parte, la supuesta ausencia de restos de sangre en el lugar y signos de algún tipo de lucha en el basural o las inmediaciones, generó una profunda investigación para establecer si lo mataron en el lugar o en otro, tras lo cual lo arrojaron en el basural.
Todo el material reunido por los peritos de la Policía Científica es analizado por los investigadores.
Fuente: Nuevo Diario