En las últimas horas, la provincia de Tucumán fue testigo de una desgarradora muerte de una mujer policía de 22 años que formaba parte de un entrenamiento para ingresar a la academia de policía. Pese a que el hecho se generó del otro lado de la línea limítrofe del territorio salteño, esta situación volvió a poner en agenda pública las situaciones extremas a las que son expuestos los cadetes en las academias de formación como personal de seguridad.
Según los datos arrojados por medios locales, la víctima se llamaba Bianca Priscila Galván y, minutos antes de producirse su deceso, estaba formando parte del reclutamiento policial para ingresar a la policía de Tucumán. Un dato que generó mayor indignación es que esta muerte se podría haber evitado ya que la joven estaba entrenando con 40 grados de calor y sin ninguna medida de prevención tales como hidratación, descanso y cubrirse de esta condición climática.

Tal fue así que, al momento de su descompensación, la fallecida fue trasladada en estado crítico al hospital de la zona con un cuadro crítico. Las maniobras de reanimación del personal médico no lograron reanimarla por lo que los familiares de Galván recibieron la peor de las noticias: Bianca había muerto.
Como era de esperarse, los familiares y organizaciones de derechos humanos se presentaron ante las autoridades locales para exigir explicaciones y pedir justicia por la aspirante a policía vio truncado sus sueños con un entrenamiento que traspasó los límites. Esta noticia causó conmoción en Tucumán, pero también salpicó a Salta ya que estas prácticas en la formación policial se siguen repitiendo a lo largo y ancho del país.
Cabe destacar que estas actividades que trasgreden las normativas que hay respecto a los abusos policiales son denunciadas a diario por aquellos que alguna vez sufrieron algún tipo de violencia institucional por parte de la fuerza policial.