El programa Cuota Simple, que había sido renovado en diciembre pasado, llegará a su fin el próximo 30 de junio, según confirmó el Gobierno. Esta decisión se produce en un contexto en el que los bancos han fortalecido sus propias estrategias comerciales, ofreciendo promociones y cuotas sin interés que han ganado terreno en el mercado.
Desde su relanzamiento, Cuota Simple se había limitado a planes de tres y seis cuotas fijas, con una tasa del 49 por ciento, lo que lo alejó del alcance que tuvo en sus inicios. Paralelamente, los bancos comenzaron a implementar promociones especiales de cuotas sin interés y reintegros, logrando un aumento en el volumen de compras sin el respaldo del programa oficial.
Salvador Femenía, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), señaló que las promociones bancarias y las tarjetas de crédito serán las herramientas clave para sostener el consumo. “Hoy tienen más peso lo que hacen los bancos con promociones y eso va a seguir dándole fuerza al consumo y a las tarjetas. Asique sabíamos que iba a pasar esto (que iba a finalizar el programa). Yo creo que lo que están haciendo los bancos a través de la tarjeta, más lo que aportan los comerciantes y las grandes superficies, van a ser las herramientas para sostener el consumo”, expresó Femenía.
Con la eliminación del programa Cuota Simple y a pesar de que las ventas minoristas de abril acumularon una variación positiva del 14,9 por ciento anual en el primer cuatrimestre, el comercio atravesó un contexto complejo durante el mes de abril, con márgenes muy reducidos debido al alto costo de servicios, impuestos y alquileres. El bajo poder adquisitivo y los salarios limitados hacen que la financiación y las ofertas esporádicas sean fundamentales para la actividad.
Un informe reciente de First Capital Group reveló que las operaciones con tarjetas de crédito en pesos crecieron un 7,1 por ciento mensual en abril, alcanzando un saldo total de 18,7 billones. Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, destacó que este dinamismo refleja el impacto de la inflación en los hábitos de gasto, incentivando el uso de cuotas con y sin interés como herramientas de financiamiento. I