La guerra abierta entre Irán e Israel entró en una nueva fase de máxima tensión con el intercambio de ataques a gran escala que ya provocaron más de 240 muertos y miles de heridos. En un escenario marcado por el caos humanitario y el aumento de víctimas civiles, ambos países intensifican los bombardeos y los ataques con misiles balísticos, sin mostrar voluntad alguna de frenar la ofensiva.
En las últimas horas, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que Irán lanzó una nueva oleada de misiles hacia su territorio, lo que obligó a activar los sistemas de defensa aérea y a ordenar el ingreso de la población civil a refugios antiaéreos. La ofensiva fue una respuesta directa a los bombardeos israelíes sobre objetivos estratégicos iraníes, en el marco de la operación “León Naciente”.
Objetivos sensibles bajo fuego
Desde el viernes por la madrugada, el gobierno de Netanyahu ha atacado infraestructuras militares, energéticas y nucleares de Irán, como Natanz, Isfahán y Furdu. También fueron blanco edificios gubernamentales, sedes policiales y barrios residenciales en Teherán, donde además se reportaron al menos cinco coches bomba en las últimas 24 horas, según la agencia oficial Irna.
El portavoz de las fuerzas de Israel, Nadav Shoshani, confirmó que los ataques buscan neutralizar las capacidades misilísticas iraníes y frenar futuras ofensivas. Sin embargo, el precio de estos ataques ha sido devastador: 224 muertos y más de 1.400 hospitalizados solo en suelo persa, según datos del Ministerio de Salud iraní.

Reacción iraní: misiles y drones
La contraofensiva iraní no se hizo esperar. Solo ayer, una andanada de misiles y drones lanzados desde Irán causó la muerte de al menos 13 personas en Israel, mientras que hoy por la madrugada se confirmaron dos nuevas víctimas fatales en Bat Yam, elevando la cifra total a 16 fallecidos en territorio israelí.
La situación pone en vilo a la región, mientras las cancillerías del mundo exigen un cese inmediato de hostilidades. Sin embargo, Irán ha rechazado cualquier intento de negociación por parte de Qatar y Omán, mediadores clave en otras crisis regionales. Según un funcionario que participó de las conversaciones, Teherán no iniciará ningún diálogo hasta completar su represalia militar.

Guerra sin freno
El corte del diálogo diplomático y la ofensiva simultánea de ambos lados hacen temer una guerra regional de gran escala, con potencial impacto en países vecinos y rutas comerciales estratégicas.
Mientras Israel insiste en “hacer cumplir la ley y el orden” en la región, Irán sostiene que actuará hasta saldar cuentas por los ataques recibidos. Con el paso de las horas y la creciente cantidad de víctimas civiles, el conflicto se perfila como uno de los más críticos de la última década en Medio Oriente.