Informe: Multimedios El Abaucán Digital
Fiambalá, reconocida por ley como la “Capital de la Cordillera y del Turismo Aventura”, está viviendo una de sus temporadas más exitosas en materia turística. Con el inicio del receso invernal en gran parte del país, la ciudad se vio colmada por una masiva afluencia de visitantes provenientes de todas las provincias argentinas e incluso del extranjero, reafirmando así su lugar como el único destino de Catamarca con turismo activo durante todo el año.
Las postales que dejó este fin de semana largo hablan por sí solas: hoteles y cabañas completos, restaurantes repletos, artesanos sin abasto de productos y comerciantes celebrando un notable incremento en las ventas. El aire de montaña, las vistas únicas de la cordillera, la calidez de su gente y los atractivos que sólo Fiambalá puede ofrecer, convirtieron al “Pueblo de Vientos” en una experiencia inolvidable para quienes lo eligen.

🌋 TERMAS DE FIAMBALÁ: UN PARAÍSO ENTRE MONTAÑAS
Uno de los principales puntos de atracción, como ya es tradición, son las famosas Termas de Fiambalá, donde las piletas naturales en medio de la montaña siguen sorprendiendo a los turistas por su belleza, calidez y tranquilidad. Gracias al trabajo sostenido del municipio, bajo la gestión del intendente Raúl Úsqueda, el complejo termal luce renovado y en mejores condiciones, tras casi una década de abandono.
Entre las mejoras más destacadas se encuentra la instalación de servicio de internet en el complejo, lo que permite a los visitantes mantenerse conectados o actuar rápidamente ante cualquier emergencia. Además, se rehabilitaron las cabañas dentro del predio termal, sumando alternativas de hospedaje para quienes desean disfrutar del agua caliente de la montaña durante más de un día.
La venta de entradas ahora se realiza de manera ordenada y eficiente en la Oficina de Turismo ubicada en el edificio municipal, donde los turistas pueden elegir turnos cómodos, evitando esperas innecesarias y garantizando una experiencia segura, limpia y organizada.

Fiambalá no se limita a sus termas. A quienes se animan a explorar más allá, el distrito les ofrece un abanico de opciones que combinan naturaleza, historia, cultura y sabores. Desde las majestuosas Dunas de Tatón y las impresionantes Lagunas Altasandinas, hasta la legendaria Ruta del Adobe y la mística Ruta de la Fe, cada rincón guarda un relato que conecta el alma del visitante con las raíces más profundas del oeste catamarqueño.
Pero uno de los mayores tesoros de Fiambalá es su imponente zona cordillerana, hogar de paisajes que quitan el aliento. Entre estos se destacan:
- Los Seismiles, la segunda concentración de volcanes más alta del mundo, donde se alzan gigantes como el Volcán Pissis y el Ojos del Salado, atrayendo a montañistas y fotógrafos de todo el planeta.
- El Cañón del Indio, un imponente accidente geográfico que ofrece vistas únicas de paredones rojizos y formaciones naturales, ideal para quienes buscan trekking y contacto directo con la naturaleza.
- El Balcón del Pissis (accesible según condiciones climáticas), un punto panorámico desde donde se aprecian cumbres nevadas, salares y un horizonte que parece infinito.
- Paisajes increíbles, donde la tierra se tiñe de tonos rojos, ocres y violetas, creando escenarios dignos de una postal que sorprenden a cada paso.
También se destacan los campings familiares, bodegas locales con degustaciones de vinos de altura, paseos artesanales, museos, y una gastronomía regional que deleita paladares con sabores autóctonos.
Fiambalá se posiciona además como uno de los destinos con mayor capacidad hotelera del interior provincial, contando con una amplia oferta de cabañas, hostales, hoteles y viviendas particulares adaptadas para el turismo, lo que permite una estadía placentera y accesible para todo tipo de viajero.

La Municipalidad de Fiambalá viene desarrollando una política activa de promoción turística, con mejoras en infraestructura, promoción cultural y apoyo directo al sector privado. Una muestra de ello es la inminente 2ª Edición del Festival del Arte-Sano, que ya en su primera edición convocó a miles de personas, fusionando arte, tradición y música en un solo escenario.
Este compromiso del gobierno local también se refleja en la baja de precios y mejora en la calidad de servicios que varios comerciantes, gastronómicos y hoteleros decidieron implementar para atraer al visitante y hacerlo sentir parte de la comunidad.
Tras años en los que el turismo se vio perjudicado por la desidia y la falta de planificación, Fiambalá vive hoy una nueva etapa, marcada por la articulación entre lo público y lo privado, con un mismo objetivo: hacer del turismo una herramienta de crecimiento para todos.
Fiambalá espera por vos. Si aún no la conocés, es momento de dejarte llevar por el viento cordillerano, sumergirte en sus termas, perderte en paisajes que parecen de otro mundo y descubrir por qué este rincón del oeste catamarqueño ya no es un secreto, sino un destino obligado. Porque cuando conocés Fiambalá, no querés irte. Y si te vas… siempre volvés.