El inicio del Grupo C en el Mundial de Clubes dejó una imagen elocuente del poderío europeo. Bayern Múnich demostró su candidatura al título con una contundente victoria 10-0 frente a Auckland City en el estadio TQL de Cincinnati, un resultado que tuvo escaso margen para el asombro y confirmó la abismal distancia entre los planteles.
El equipo dirigido por Vincent Kompany tomó el protagonismo desde el pitazo inicial. Bayern se adueñó del ritmo y presionó alto para asfixiar al equipo neozelandés, con los defensores rozando el mediocampo y cortando cualquier intento de salida limpia de su rival. Jonathan Tah, alineado casi como un líbero adelantado, fue pieza clave en esa estrategia.
Bayern, que arribó a Estados Unidos con sus máximas figuras como Harry Kane, Joshua Kimmich, Thomas Müller, Serge Gnabry, Manuel Neuer y Leon Goretzka, además del talento joven de Michael Olise y Jamal Musiala, aparece como uno de los principales candidatos no solo a ganar el grupo —donde comparten zona con Boca Juniors y Benfica—, sino a llevarse el título en este nuevo formato del Mundial de Clubes con 32 equipos. La contundencia de su debut deja pocas dudas sobre su potencial y ubicación en la elite del fútbol internacional.