La Asociación Bancaria lanzó un plan de lucha nacional contra el Banco Santander en Argentina, denunciando una política sistemática de despidos arbitrarios, achiques y cercenamiento de derechos laborales que afecta a cientos de trabajadores en todo el país.
La medida, formalizada a través de un comunicado oficial, se enmarca en el “estado de alerta y movilización” dispuesto por el gremio ante la falta de respuestas por parte de la entidad financiera, filial del grupo español Santander.
LA ASOCIACIÓN BANCARIA DENUNCIÓ DESPIDOS MASIVOS EN EL BANCO SANTANDER
Banco Santander es una de las entidades financieras más importantes del país, con más de 5.000 empleados, 262 sucursales y una amplia red de cajeros automáticos. La crisis laboral en la entidad no solo afecta a los trabajadores, sino que también genera preocupación en los clientes y en la comunidad financiera en general, debido a la posible reducción de servicios y cierre de sucursales.
El plan de lucha de La Bancaria representa un desafío significativo para el banco y un llamado de atención sobre las condiciones laborales en el sector financiero argentino, en un contexto donde la defensa de los derechos laborales se vuelve central frente a las políticas de ajuste y despidos masivos impulsadas por algunas empresas multinacionales.
El conflicto escaló tras una masiva asamblea realizada en la sede central del banco, el Edificio Garay, en el marco del 52° Congreso Nacional Bancario. En esta reunión participaron delegados, congresales y trabajadores de todo el país, quienes expresaron su rechazo a las prácticas laborales del banco y decidieron iniciar un plan de lucha que incluye asambleas y movilizaciones progresivas.
La Asociación Bancaria, liderada por el secretario general Sergio Palazzo, denunció que Banco Santander lleva adelante una política de ajuste que incluye presiones para que los empleados firmen desvinculaciones forzadas y despidos sin causa mediante telegramas, lo que califican como “avasallamientos” y “aprietes”.
Según datos del sindicato, solo en el último año se habrían producido más de 300 desvinculaciones bajo estas condiciones, y a nivel nacional la cifra de despidos supera los 1500, lo que genera una profunda preocupación en distintas regiones, como Comodoro Rivadavia, donde temen incluso el cierre de sucursales.