A partir de marzo, las personas que no cumplan con 30 años de aportes no podrán acceder a la jubilación. La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) confirmó que la moratoria previsional, establecida por la Ley 27.705 y que permitió retirarse al 60% de los nuevos jubilados en 2024, dejará de estar vigente. Esta decisión del Gobierno de Javier Milei marca un cambio significativo en el sistema previsional, afectando a quienes no hayan completado los años de contribución requeridos.
La moratoria previsional, que hasta ahora permitía regularizar los años de aportes faltantes, vencerá definitivamente en marzo y no será prorrogada. Según ANSES, para acceder a una jubilación será obligatorio cumplir con la edad mínima (60 años para mujeres y 65 para hombres) y contar con los 30 años de aportes. Quienes no alcancen este requisito sólo podrán solicitar la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), un beneficio que equivale al 80% de la jubilación mínima pero que no incluye derecho a pensión por viudez.
En 2024, más del 60% de las nuevas jubilaciones se tramitaron a través de la moratoria, un mecanismo especialmente útil para mujeres de 50 a 60 años y hombres de 55 a 65 que no habían completado sus aportes. Este plan permitía regularizar la situación en un plazo de hasta dos años, pero a partir del 23 de marzo ya no estará disponible.
Los trabajadores que no cumplan con los 30 años de aportes y alcancen la edad jubilatoria a partir de marzo sólo podrán acceder a la PUAM. Este beneficio, aunque representa un alivio económico, no otorga los mismos derechos que una jubilación tradicional, como la pensión por viudez.
La fecha límite para adherirse al plan de pagos de ANSES es el 23 de marzo. A partir de ese momento, sólo podrán jubilarse quienes cumplan con los 30 años de aportes en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Aquellos que alcancen la edad requerida y cuenten con el tiempo de aportes completo podrán iniciar su trámite de jubilación sin cambios.
Esta medida ha generado preocupación entre los trabajadores informales y aquellos con trayectorias laborales discontinuas, quienes ahora enfrentan mayores dificultades para acceder a una jubilación.