Este viernes aterriza de nuevo en Italia después del viaje más largo de su Pontificado, un termómetro clave para su visita al país. Expectativa por su contacto con los medios.
Este viernes, podría empezar a despejarse una de las incógnitas que mayor atención concentra en nuestro país en torno a su figura: la potencial visita a la Argentina después de más de 11 años, cuando fue elegido Papa.
Francisco desembarcó el martes 3 en Yakarta, en la primera escala del viaje más largo desde que asumió el Pontificado que lo llevó después por Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, desde donde despegó este jueves de vuelta a Roma en un avión de ITA Airways con una nutrida delegación conformada, entre otros, por 75 periodistas.
En el último año, el Papa manifestó en reiteradas oportunidades su deseo de volver el país. En enero, en el Canal 9 de la capital italiana, aseguró por caso que tenía intenciones de viajar en el segundo semestre de este año, y se especuló incluso con que septiembre podía ser una fecha tentativa.
Después, la posible visita entró en un compás de espera, según trascendidos, por múltiples razones. Una de ellas, su salud. En ese sentido, el extenso viaje que este viernes culminará con su regreso a Roma quedó instalado como un buen termómetro para testear hasta qué punto exigió su físico y si está dispuesto entonces a volver a emprender una travesía de esa magnitud, ni más ni menos que a su país de origen.
En ese contexto, Francisco podría enviar hoy sus primeras señales cuando tome contacto con los periodistas que lo acompañaron estos doce días en la gira. En cada vuelo de regreso a Roma, el Papa ofrece religiosamente una conferencia de prensa a los medios acreditados. Hasta ahora, siempre cumplió con ese protocolo que tiene lugar al inicio del viaje, una vez que el avión cumple con la fase del despegue.