Vialidad Nacional cierra y cinco mil empleados serán reubicados o despedidos de acuerdo al plan de Nación

El Gobierno nacional definió un plan para los más de 5.100 trabajadores de la Dirección Nacional de Vialidad que quedarán desafectados tras el cierre del organismo, una medida anunciada por el presidente Javier Milei como parte de su política de ajuste y reducción del Estado. La decisión fue oficializada mediante un decreto que dispuso la disolución de Vialidad Nacional, que durante casi 90 años gestionó la infraestructura vial del país.

Los empleados que se desempeñaban en la entidad pasarán a una etapa de “disponibilidad laboral”, lo que implica que serán apartados de sus funciones actuales y quedarán a la espera de ser reubicados en otras dependencias del Estado.

Según fuentes oficiales, la intención es reordenar a una parte de los trabajadores en áreas vinculadas a obras públicas, transporte y tareas administrativas. Quienes no puedan ser reinsertados en la estructura estatal serán desvinculados progresivamente, bajo las condiciones establecidas por la ley de empleo público.

Desde el Ejecutivo explicaron que los trabajos que antes estaban bajo la órbita de Vialidad serán asumidos por los ministerios de Economía y Seguridad, y una nueva Agencia Nacional de Infraestructura y Transporte, aún en proceso de formación. El objetivo, argumentan, es mejorar la eficiencia operativa y terminar con lo que califican como «estructuras obsoletas, costosas y plagadas de corrupción».

La medida generó fuertes críticas por parte de los gremios del sector. La Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Sindicato de Trabajadores Viales y Afines expresaron su rechazo y advirtieron que el cierre de Vialidad podría poner en riesgo el mantenimiento de rutas, especialmente en regiones alejadas donde no llegan las concesiones privadas.

También algunos gobernadores manifestaron su preocupación por el impacto que podría tener la medida en sus provincias, no solo desde el punto de vista de la infraestructura, sino también por la pérdida de empleos y la paralización de obras claves para el desarrollo local.