Un temblor de magnitud 4,4 en la caldera volcánica de Campi Flegrei sacudió la zona de Nápoles durante la noche, provocando que la gente, asustada, saliera a las calles, generando algunos daños y dejando a una persona herida.
El sismo, que se produjo a la 1:25 a. m. del jueves, fue el más fuerte en la zona en 40 años, junto con uno de la misma magnitud que la azotó en mayo del año pasado.
Los bomberos de la ciudad de Bagnoli rescataron a una persona de entre los escombros después de que el sismo provocara el derrumbe de un techo. La persona resultó ilesa.
Algunas personas en la misma ciudad tuvieron que salir por las ventanas para escapar de sus casas debido a los daños causados por el temblor. Los coches fueron alcanzados por la caída de escombros y aparecieron grietas en algunos edificios.
La primera ministra, Giorgia Meloni, monitoreaba este jueves constantemente la situación en estrecho contacto con el secretario de Gabinete, Alfredo Mantovano, el ministro de Protección Civil, Nello Musumeci, y el jefe del Departamento de Protección Civil, Fabio Ciciliano, informó la oficina de la premier.
La zona de Campi Flegrei actualmente está siendo afectada por el fenómeno conocido como bradisísmo, o levantamiento del suelo, y ha habido una serie de terremotos durante el último año.
“Recientemente, la tasa de elevación del suelo se ha triplicado, pasando de 1 a 3 centímetros al mes”, declaró a ANSA Francesca Bianco, directora del departamento de volcanes del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología.
“Lo ocurrido anoche no es inesperado: se observa una mayor intensificación de la crisis bradisísmica en comparación con 2023, pero no hay evidencia de magma superficial, lo cual sería un indicio típico de una erupción inminente”, agregó.