La intendente de Valle Viejo, Susana Zenteno, mantuvo una reunión con el gobernador Raúl Jalil, en la que no trascendieron puntualmente los temas abordados, aunque es de suponer que otra vez el Estado provincial deberá salir en auxilio financiero por el habitual desmanejo de la comuna chacarera.
El parte de prensa enviado a los medios incurre en ambigüedades tales como que, en el encuentro, “abordaron temas prioritarios para el desarrollo del Departamento Valle Viejo”, y que “tuvo como objetivo avanzar en proyectos estratégicos que impacten positivamente en la calidad de vida de los vecinos”, algo que todavía parece estar en el horizonte lejano, viendo el abandono en el que se halla Valle Viejo.

Dentro del “palabrerío” utilizado en la redacción del texto, mencionan que “dialogaron sobre los desafíos que enfrenta Valle Viejo, poniendo especial énfasis en la continuidad de políticas públicas que promuevan el crecimiento sostenible y el bienestar de la comunidad”. No se entiende la expresión “continuidad de políticas públicas”, cuando a diario se denuncia la ausencia de estas, las promesas incumplidas, los proyectos abortados, y los fondos que supuestamente se destinaban a tal fin, pero que nunca se concretaron en obras, y se desconoce su destino.
Aún más inentendible es el comunicado oficial cuando cita las palabras de la intendente Zenteno, quien supuestamente destacó la importancia de “seguir transformando la realidad de nuestros vecinos (…) para concretar proyectos que beneficien a todos los chacareros”, algo hasta el momento totalmente alejado de la realidad, y palpable con solamente recorrer cada localidad departamental.
Lo único concreto y verdadero que puede leerse en la nota, es “el compromiso del gobernador, Raúl Jalil con cada uno de los municipios”, pero hay que agregar que especialmente lo hace con Susana Zenteno, a quien socorrió en varias oportunidades.
Un detalle no menor, es el gesto adusto de Jalil en las cuatro fotos del encuentro que fueron enviadas a los medios, en clara muestra de disconformidad o de preocupación, porque a veces las imágenes hablan más que las palabras.
