Dicen que en el fútbol no existe la lógica. Y lo que sucedió en el Nuevo Gasómetro fue un claro ejemplo de ello. Cuando los de Miguel Ángel Russo no habían hecho absolutamente nada para abrir el marcador, Ezequiel Cerutti logró escapar por el sector derecho para enviar un preciso centro a la cabeza de Iván Leguizamón y el paraguayo durmió a la defensa del León. El cabezazo potente que le cambió el palo a Matias Mansilla dejó sin posibilidades al arquero del conjunto platense. Y en las tribunas explotó una fiesta.
Antes de que los protagonistas se fueran al descanso los de Eduardo Domínguez emparejaron el pleito con una triangulación perfecta. La exquisita pegada de Gabriel Neves a la espalda de Elías Baez le permitió a Alexis Manyoma picar a toda velocidad para abastecer a Joaquín Tobio Burgos cuando el Chila Gómez salía a presionarlo en el mano a mano. Fue entonces cuando el juvenil tocó ante un arco vacío y celebró el 1 a 1.