El juez de Control y Garantías con Competencia Juvenil, Gastón Merino (foto), ordenó ayer la “prohibición de difusión” de las imágenes y videos circulantes del adolescente que indujo a su caniche a que le practicase sexo oral, dentro de una extensa resolución extensiva a la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Subnaf).
En su resolutorio, el magistrado concedió una medida cautelar interpuesta por el abogado, Luis Barraza (foto), quien hoy acudirá también ante las autoridades de nivel, resuelto en “blindar” al joven de 14 años, contra cualquier resolución que pudiese modificar las condiciones educativas en que cumplía su formación, previo al escándalo de la semana pasada.
Vale subrayar que todo decantó días atrás. Un grupo de adolescentes habría tomado el celular del adolescente; extrajo el video y después lo viralizó, con las reacciones y consecuencias adversas, tanto que la madre interpuso una denuncia policial.
Alcances de la resolución
Ahora, el juez Merino dispuso la “prohibición de la difusión de imágenes y videos” del menor, sin el expreso consentimiento”, “como así también hacer mención a su persona, operando tal prohibición para mayores de edad.
En el segundo punto, el juez ordenó “la intervención de la Subnaf”, en pos de la protección integral del adolescente, ya que la situación requiere un abordaje amplio, profesional, ante un suceso shockeante, tanto externo, pero interno también, deslizaron los profesionales.
En el tercer punto, Merino informó a la autoridad fiscal que se tomó conocimiento, con la presentación del abogado, sobre posible circulación de videos y fotos en las redes sociales.
En este aspecto, de ser real y confirmado, se deduce que el Ministerio Público Fiscal arbitraria los medios e informaría a las autoridades de las plataformas, con sede en Buenos Aires, sobre la vigencia de la cautelar respectiva.
Nivel Medio y Consejo de Educación
Sin perder tiempo, trascendió al cierre que hoy Luis Barraza elevarías varios escritos, respaldados en lo actuado por Merino, en procura de “blindar” al joven de cualquier resolución adversa que fuese a modificar sus estudios secundarios.
Vale destacar que el prólogo del incidente tuvo como epicentro el colegio, en base a la viralización de sus compañeros, cuya reacción hoy se presenta más que imprevisible.
Allí radica la medida preventiva de Barraza, en “impermeabilizar” al adolescente de eventuales cambios de condiciones de estudio, es decir posibles sanciones, o bien sanciones emanadas de cualquier protocolo, o asesoramiento del gabinete de estudios.
Fuente: El Liberal