Renato Nicolini tenía 18 años, trabajaba como cerrajero con su papá y recién se había mudado solo. El pasado 25 de abril, tras un accidente en moto en Chascomús, el joven fue trasladado al Hospital Italiano de La Plata por la gravedad de sus lesiones y allí comenzó a recibir fentanilo. En exclusivo por la Nueva Nueve, su madre, Sol Franchese, contó que desde el ingreso a terapia intensiva.
Como consecuencia del accidente, Renato sufrió una lesión craneal y debió ser trasladado desde el Hospital Municipal San Vicente de Paul, debido a que no contaba con la capacidad técnica para atender un caso de tal complejidad.
“Ese traumatismo no se podía tratar acá, porque el hospital no tiene la infraestructura ni los recursos para algo así, por eso se lo trasladó al Hospital Italiano de La Plata, que es donde nos correspondía por la mutual”, explicó su mamá.
El joven llegó al nosocomio de La Plata, y “se le empezó a pasar fentanilo desde el minuto cero por el tema del respirador”, dijo Franchese. El fentanilo se utiliza para controlar el dolor en pacientes críticos con ventilación mecánica.
El tercer día Renato comenzó a tener fiebre alta y los médicos le diagnosticaron neumonía, sin embargo, no lograron controlar la infección.
Franchese reveló que recién el 12 de mayo, una semana después de la muerte de su hijo, se enteró que el fentanilo que le habían administrado estaba contaminado. “Cuando el hijo de un paciente que estaba internado al lado de Renato me contó lo que estaba pasando con el fentanilo, fui al hospital con mi tía, que es abogada, y pedí una reunión con el director. Le pregunté si Renato había sido contaminado y me confirmó que sí”, detalló.
En esta línea, Sol explicó que la bacteria detectada provenía del lote adulterado y que otros pacientes desarrollaron cuadros similares. “Todos tuvieron neumonía, después se pusieron sépticos y terminaron falleciendo”, indicó.
Sobre Renato, lo recordó como “un nene que recién empezaba a vivir, disfrutaba mucho de sus amigos y de viajar”. Además, se dirigió a las familias que sospechen de casos vinculados y les recomendó “pedir las historias clínicas” para verificar si hubo septicemia y si se detectaron las bacterias específicas.
La investigación judicial sigue en curso y, hasta ahora, ninguna autoridad se comunicó con la familia. “Nadie nos pidió perdón, todavía estamos esperando que nos den una respuesta de por qué no nos contaron lo que estaba sucediendo”, denunció.