El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informará este lunes la inflación de junio, y los analistas anticipan un repunte al 1,9%. Este dato significaría una aceleración respecto al 1,5% de mayo, que fue la cifra más baja desde abril de 2020 y del actual gobierno.
En este marco, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) ya adelantó una suba del “2,1%” en su índice de precios al consumidor para junio. Este indicador se considera un termómetro previo a la cifra nacional y parece confirmar la tendencia al alza.
Un sondeo de Reuters, que consultó a 15 analistas económicos, tanto argentinos como extranjeros, arrojó una proyección promedio del “1,9%” para el IPC de junio. Este dato contrasta con las cifras previas de 2025, que mostraron un “2,2%” en enero, “2,4%” en febrero, “3,7%” en marzo y “2,8%” en abril, antes de la desaceleración de mayo.
Consultoras como C&T Asesores Económicos también se alinean con esta visión, informando un aumento del “2%” en su propio relevamiento de junio. Si bien este porcentaje supera el “1,8%” estimado por ellos para mayo y el “1,5%” oficial del INDEC, la firma destaca que “volvió a ser de las más bajas desde 2020”.
En este sentido, señalan que la inflación inusualmente baja de mayo se debió a “factores que no volvieron a repetirse en junio”.
¿Por qué se espera un rebote?
Expertos coinciden en que un proceso de desinflación no es lineal. Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), explicó que “Ningún proceso de desinflación es lineal, por lo que es natural observar algún mes con una inflación un poco más alta que el anterior”.
Además, indicó que esta oscilación es esperable “cuando pensamos en que son los primeros meses luego de la unificación cambiaria y que varios precios relativos aún están buscando su equilibrio”.
De cara a julio, las proyecciones son más optimistas. Los analistas esperan un IPC inferior al “1,9%” de junio, con estimaciones cercanas al “1,7%”.
Aldo Abram, economista y director ejecutivo de LyP, detalló que “como estamos observando que el ritmo de depreciación de nuestra moneda ha sido muy bajo, estimamos que julio se ubicará levemente por debajo de junio. Esto sería inusual, ya que estacionalmente julio suele mostrar una inflación más alta”.
Por lo tanto, Abram completó:“En la medida en que se desacelera la depreciación de nuestra moneda, también lo hace la inflación”.
La situación en CABA: un reflejo de la tendencia
El informe del Instituto de Estadística porteño para junio arrojó una inflación del “2,1%”, acumulando un “15,3%” en el primer semestre y un “44,5%” interanual. Esta aceleración en CABA se debió principalmente a los incrementos en alquileres, transporte, alimentos y prepagas.
El análisis detallado muestra un aumento tanto en los precios de los bienes (del “0,8%” en mayo al “1,4%” en junio) como en los servicios (del “2%” al “2,6%”).
Aunque los precios estacionales actuaron como contención, subiendo solo un “1,2%” gracias a la compensación entre pasajes aéreos y una baja nominal del “1,4%” en verduras, los precios regulados tuvieron un impacto significativo, trepando un “2,4%” por los aumentos en prepagas, boleto de colectivo, aranceles escolares y tarifas de luz.
Cabe destacar que el denominado Resto IPCBA, una aproximación de la inflación núcleo, subió un “2,2%” el mes pasado.