Calor, humedad y la noche esperan por el argentino que disputará su tercera carrera en la Máxima. Un trazado en el que los pilotos pierden cuatro kilos en la carrera y donde Max Verstappen aún no pudo ganar.
Este fin de semana Franco Colapinto tiene una dura exigencia en su tercera presentación en la Fórmula 1. Se trata del Gran Premio de Singapur que se correrá en el circuito callejero de Marina Bay y que será la primera carrera nocturna del argentino en la Máxima con mucho calor, humedad en medio de un trazado que no perdona y que fue sede del mayor escándalo en la historia del automovilismo.
Este escenario asiático se incorporó a la F1 en 2008 y fue la primera carrera nocturna de la categoría, con 1.500 proyectores de luz a lo largo de los 5.063 metros de extensión que tiene el trazado. Los reflectores cuenta con una luz que logra simular las condiciones de iluminación del día durante la noche y que apunta a la seguridad de los pilotos para evitar que encandilen.
En medio de rascacielos y construcciones coloniales, el circuito tiene 23 curvas, de las cuales 13 son a la izquierda y 10 a la derecha, lo que lo convierte en el segundo trazado con más curvas del calendario, solo superado por el circuito de Yeda en Arabia Saudita. Una de las curvas, la número 18, pasa por debajo de una tribuna lo que le da un marco especial a ese grupo privilegiado de los 80 mil espectadores de aforo que tiene el circuito cuyo Gran Premio tiene 61 vueltas y un recorrido total de 309,316 km.

El escenario, que este año tendrá una cuarta zona de DRS (el sistema que facilita las superaciones), se caracteriza por la combinación de giros a baja y media velocidad, lo que requiere constantes desaceleraciones y que pone a prueba los frenos de los monoplazas. Estos pueden deteriorarse significativamente a lo largo de la carrera. Otro escollo son los baches, algo común en un circuito urbano, pero que la organización local no pudo corregir a lo largo de estos 16 años.
A pesar de su modernidad y espectacularidad, el Gran Premio de Singapur aún no ha alcanzado el estatus de carrera clásica como el Gran Premio de Mónaco. La zona de boxes es una construcción permanente con instalaciones de lujo, situada junto al complejo de Singapore Flyer.
Se suman exigencias como los cambios de marcha constantes, realizando unos 80 por vuelta, aproximadamente un 50 por ciento más que en otras carreras. A pesar de que la actividad es nocturna la temperatura ambiente superior a 33 grados y el 90 por ciento de humedad hacen de esta competencia una de las que más desgaste genera en el físico de los pilotos.
Por ejemplo, Lewis Hamilton reveló que “puedo bajar hasta 4 kilos por carrera, en una hora y 45 minutos. Es como ir sobre rieles” y calificó de “terrible” a la competencia en singapurense. El séptuple campeón mundial aportó más datos de lo exigente que es la F1 actual: “Si estoy con un kilo de sobrepeso puedo perder hasta dos segundos en una carrera. Entonces mi peso es muy importante”. Aunque “también por que es algo increíblemente físico. La fuerza G que recibimos. Cuando vas a 240 o 290 km/h y giras, todo gira, y tu cuerpo quiere ir en dirección contraria. Tienes que tener una buena estabilidad. No puedes tener un gran volumen. Si fuera muy musculoso de esta parte (hombros) mi peso sería muy alto. Entonces, debo hacer muchas sentadillas en mi trasero”.
Para este fin de semana está anunciado lluvia los tres días, lo que le agrega un condimento especial a una carrera entre muros y sin vías de escapes. Si hay precipitaciones la actividad puede llegar a pararse por seguridad lo que hará que la jornada sea mucho más larga y estresante para los 20 pilotos que formarán parte.