Elogiosa nota del diario “La Nación” al tirador catamarqueño Julián Gutiérrez: de ser “malo” para los deportes a conseguir un logro histórico para el tiro argentino

El periodista Emir Diamante, del diario “La Nación”, es el autor de un informe que incluye entrevista a Julián Gutiérrez, quien recientemente obtuvo dos bronces en rifle en el certamen realizado en Buenos Aires. Diamante describe: “El mejor tirador argentino de la actualidad sostiene que es un deporte muy psicológico y argumenta al detalle porqué y cómo lo trabaja. Gutiérrez tiene apenas 24 años, pero explica conceptos con la tranquilidad de un deportista experimentado. Su futuro promete ser aun más fructífero, pero no se traza objetivos a largo plazo y asegura que no le interesan los resultados y las medallas, sino los procesos, lo que hace antes y durante una competencia. Y todo lo analiza con su papá y entrenador, Marcelo, el que lo inició en el deporte en su San Fernando del Valle de Catamarca natal y lo acompaña a la distancia en cada torneo”.

También recuerda que, en los Juegos Olímpicos de París, el año pasado, Julián le dio a la Argentina un diploma olímpico en tiro, después de 36 años que no se conseguía algo así.

Parte de la entrevista:

-¿Por qué tiro deportivo?

-Me gusta mucho. Arranqué con mi papá y me empecé a enrollar. Es un deporte en el que al principio aprendés muy rápido, te emocionás y te enganchás rápido. Después empecé a trabajar la parte psicológica de una forma más fina, me gustó poder manejar mejor la competencia, la vida normal y estar preparado para diferentes situaciones. Vi que siguiendo esta línea era la manera en que me quería formar como deportista y persona.

-¿No probaste otro deporte?

-Hice gimnasia artística, básquet, vóleibol y fútbol, pero para todo fui malo. Me quedé con el tiro porque me gustó mucho la parte psicológica, me enamoró. Por lo general, la gente que es muy mala en otros deportes cae en el tiro y se le da bien. Por suerte pude encontrar mi lugar en este deporte, se dieron todas las condiciones y empecé a crecer. No hay mucha ciencia, jaja.

-¿En qué momento empezaste a ver el tiro como un deporte?

-En 2015, con el proyecto de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Ahí arranqué y fue un cambio muy brusco. Me metí mucho más en la parte profesional, el entrenamiento pasó a ser más serio. Hasta entonces, mi papá era de los entrenadores que no le daba importancia a la parte psicológica, consideraba que era algo que uno nacía o no con eso. Pero entendí que, entrenando lo psicológico, era la única manera de alcanzar a los chicos que tiraban desde hacía uno o dos años. Tenía que hacer el doble de esfuerzo para quemar esos años de entrenamiento que me faltaban. Tiraba así nomás, se me daban los resultados pero sin saber qué hacía. Luego fui complementando mi experiencia con la de mi papá y pulimos entre los dos para sacar la mejor versión.

-¿Cómo se trabajá lo psicológico?

-Primero, siempre pruebo la parte lógica. Por ejemplo, si tengo un error, veo qué puede ser, pruebo todas las opciones y si no van, sé que es la parte psicológica la que falla. El año pasado tuve un bajón bastante grande y estuve afuera del equipo nacional. Tardé un año y medio en probar todo, no pude resolverlo y hablé con un psicólogo de Catamarca que me dijo lo que me pasaba. Lo trabajé y fue mucho mejor. Es así: le digo al psicólogo todo lo que probé, que me diga qué es, y listo. El psicólogo es un filtro muy grande que te dice lo que te va a servir. También cuando estoy estresado agarro la camioneta, el perro y me voy a pasear al dique, a tomar otro aire para seguir adelante.

-¿Influyen los resultados en tu estado de ánimo?

-Llevo nueve años y me pasó de ganar o quedar en un buen puesto haciendo cualquier cosa, y no aprendés nada. No me voy completo. O si pierdo haciendo tonteras, lo mismo, quedo disconforme. Pero cuando das todo, probás todo y hacés las cosas como las tenés que hacer, es distinta la satisfacción y la tranquilidad que te da. Yo prefiero eso antes que una medalla. Yo hago esto porque soy feliz, me gusta el ambiente, estar con los chicos, compartir y tirar. Me gusta esa sensación. No necesariamente la medalla, que viene de arriba y ya está. Nunca olvido porque hago este deporte. La medalla es un resultado distinto, va por otro lado.

-Es curioso lo que planteas en un mundo donde lo que marca el éxito y el fracaso de un deportista son los resultados…

-No soy tanto de los resultados, de decir ‘voy a quedar primero, segundo o tercero’, o decir que voy por esto o aquello antes de una competencia. Me concentro en lo que sé hacer, en tirar y lo que hago en los entrenamientos. Después si quedo último, pero estoy contento con mi laburo, no tengo problemas. Para la Copa del Mundo, por ejemplo, sabía que estaba en un buen nivel, como antes de París 2024. Estaba en buen momento y sabía que podía hacer las cosas bien.

-Entonces, ¿tu sueño deportivo lejos está de ser una medalla olímpica?

-Mi sueño es sacar el nivel real que tengo en el entrenamiento. Sé que no es normal lo que hago ahí, y no lo puedo llevar todavía a una competencia. Es paso a paso, seguir trabajando en la parte mental. Yo no apunto a una medalla, pero si la hay es una alegría para el país, la gente y mi familia, que siempre se lo dedico a ellos. Pero mi medalla es poder hacer bien mi trabajo.

Nota completa:

https://www.lanacion.com.ar/deportes/julian-gutierrez-de-ser-malo-para-los-deportes-a-conseguir-un-logro-historico-para-el-tiro-argentino-nid19042025