En Catamarca, existe un proyecto presentado por una legisladora, que apunta a la regulación de estos aparatos para su regulación, mientras padres y docentes debaten si es correcto o no el uso desmedido dentro de los establecimientos educativos.
Durante la gestión de la ministra Andrea Centurión, se puso en marcha una iniciativa, que sostenía no usar los teléfonos en las aulas. Pero terminó no prosperando, más allá que fue una experiencia piloto.
Aunque hubo un par de colegios en Capital que siguieron esta línea. Uno de los pioneros en la restricción de los celulares durante el dictado de clases es el Colegio Padre Ramón de la Quintana y el otro es el Colegio del Carmen y San José.
En “la Quintana”, la acción fue confirmada por el director general del establecimiento, Rubén David Martí, quien aclaró que lo que se puso en marcha tuvo una previa de consenso con los alumnos, dado que lo propuesto hace un par de años por Educación en cuanto a la autorregulación, en este establecimiento, no había funcionado.
“Por eso tenemos que ir un paso más allá”, dijo Martí. Al detallar las razones y basamentos, indicó en el diálogo que mantuvo con Radio TV Valle Viejo, que “nosotros venimos trabajando desde hace tiempo, porque esta Resolución 621 del Ministerio de Educación, si bien no prohíbe, sí intenta reglamentar el uso del celular en las aulas, no negando la importancia que tiene este dispositivo a la hora de educar”.
Martí, marcó que “nosotros hemos trabajado con toda la comunidad educativa y ahora, nos faltan los padres, porque nosotros vamos a reglamentar el uso de acuerdo a lo que dice la resolución”.

Seguidamente, tras aclarar que esto se acordó con el consejo de alumnos, detalló que el procedimiento es simple. Los estudiantes dejan los celulares al ingresar al aula en una caja con llave, coincidiendo con el momento del tomado de lista, para que de esta manera coincida la cantidad de aparatos con los de alumnos en el salón. En el caso de ser solicitados, pueden ser entregados durante el recreo, pero luego vuelve a la caja, una vez reiniciado el momento áulico. Siempre y durante todo el tiempo, la caja queda a la vista de todos, con la salvedad que la llave está en poder del preceptor”.
Martí apuntó que, en caso de emergencias u otras contingencias, la comunicación entre padres y alumnos se hace por medio de las líneas telefónicas del establecimiento escolar.