Durante la tarde de ayer miércoles, se produjo el deceso de Valeria Lobos, quien había sido baleada con una tumbera en Centenario. La mujer permanecía internada, con un estado de salud que no había mostrado mejorías y con un diagnóstico de los médicos que era contundente: no se podía hacer nada. Tras la confirmación del fallecimiento, la fiscalía neuquina dispuso que se haga una autopsia.
La muerte de Valeria ocurrió en la presente jornada luego de permanecer más de tres meses en estado crítico. Días atrás, la abogada querellante de la familia de la mujer había contado a este medio los pormenores de la situación y que solo se aguardaba un milagro. Más allá de la fuerza y los rezos de sus familiares y amigos, los médicos tuvieron que confirmar su deceso. Fuentes judiciales confirmaron que mañana se concretará la autopsia y que el informe determinará si se hace una reformulación de cargos en contra de Franco Montoya, el hombre que baleó a quemarropa a Valeria. En la actualidad, se encuentra detenido e imputado por el delito de homicidio agravado por el contexto de violencia de género (femicidio) y por el uso de arma de fuego en grado de tentativa.
Un salvaje disparo en la panza
El hecho donde Valeria fue baleada ocurrió el sábado 12 de octubre. Los vecinos escucharon una discusión, un disparo y alertaron a la Policía. En el domicilio de la víctima, en la calle Benito Machado, casi Mari Menuco, en la meseta de Centenario, encontraron a la víctima herida en la panza. Según pudieron reconstruir los investigadores, luego de mantener una discusión con Franco Montoya, este le disparó con una tumbera a corta distancia y se dio a la fuga.
Al parecer ella estaba brindándole hospedaje en su vivienda, pero discutieron y ella le armó los bolsos. La pelea escaló y ella lo sacó a la calle, por lo que él reaccionó disparándole.
Aunque el hombre escapó, fue detenido dos días más tarde y acusado por el fiscal del caso Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez. También pidieron que el imputado quede detenido en prisión preventiva por seis meses.
María Belén Albarracín, la abogada particular que interviene en la causa en representación de la familia de Valeria, confió a LMNeuquén días atrás que la víctima estaba en estado crítico. “Desde que ingresó al hospital hace tres meses, no ha habido mejoría”, lamentó entonces.
“Su vida se está acabando”
La abogada querellante resaltó días atrás que Valeria ya no respiraba sola, se encontraba sedada y con su aparato digestivo prácticamente destruido y otros órganos comprometidos por el proyectil que la impactó. “Le han hecho drenajes, la dializaron, pero los médicos decidieron soltarla; realmente ya no hay nada que se pueda hacer y ya no la pueden volver a operar”, admitió Albarracín en ese momento.
Atravesados por el dolor, sus familiares optaron por volcarse a su fe y esperaban un milagro. “No quisieron desconectarla aún, son creyentes y lo que no pueden hacer los médicos, lo están dejando en manos de Dios”, contó y agregó: “Valeria actualmente es como una vela, se está consumiendo de a poco y su vida se está acabando”. Finalmente, este miércoles, se consumó su deceso.
El otro caso: intentó simular que un femicidio fue un suicidio
El femicidio de Natalia Vilte se concretó la madrugada del 14 de diciembre y de fondo hay todo un derrotero de violencia que incluye medidas de restricción y el miedo propio de una víctima que estaba sumergida en el círculo de la violencia.
Marco Calfio tiene todas las características del violento que toma posesión sobre el ser supuestamente amado y ejerce una relación de control y poder.
En este caso, Natalia trató de sortear el círculo de violencia y logró denunciar y que se dictaran medidas de restricción de acercamiento, pero la manipulación que sufría de parte de Calfio superaba el estándar del derecho.
Tres años de relación y tres meses de terror
Como en toda relación, el enamoramiento, la pasión y las proyecciones que se hacen sobre la otra persona suelen caer después de cierto tiempo. El enamoramiento es eso, un juego con máscaras.
Cuando el personaje que encarnó Calfio cayó por su propio peso, apareció un tipo violento y controlador. Natalia soportó golpizas, zamarreos e insultos. Una violencia completa y aplastante.
Tres meses atrás, la joven logró saltar el cerco de la relación y terminó con Calfio. Comenzó a reconstruir su vida, tomó un trabajo que era una suplencia en un kiosco y seguramente imaginó y deseó un futuro mejor. De hecho, recuperó parte de su vida social y retomó las juntadas con amigos y hasta con compañeros de trabajo.
En paralelo, Calfio no paró de hostigarla y por los elementos que se han reunido en la causa tenía acceso a sus redes sociales. Es por eso que los investigadores consideran vital que el hombre, hoy detenido en una alcaidía del centro neuquino, no pueda acceder a ningún tipo de tecnología que le permita ingresar a internet porque podría entorpecer la investigación.
Es clave que se concrete la apertura del celular de Natalia y de Calfio que se negó a dar su clave de acceso. ¿Qué se sospecha? Que accedía a las redes de Natalia, pero no está confirmado si ella le había brindado, en su momento, acceso por temor o si él le instaló una aplicación espía que le permitía ver en su celular las interacciones de ella. Para muestra vale un botón, por lo que vamos a dirigirnos en forma directa a la noche del crimen.
Un mensaje en la noche
De acuerdo con la información que pudo relevar LMNeuquén, en su última noche, Natalia salió de trabajar del kiosco y se fue con unos amigos a una plaza del barrio donde estuvieron tomando y charlando.
Estaba en esa situación cuando uno de los amigos recibió un mensaje por Instagram. El mensaje provenía de la cuenta de Natalia y (palabras más, palabras menos) le decía a este joven que le dijera a Natalia que volviera a la casa. Es decir, Calfio estaba al tanto de dónde estaba Natalia y manipuló su red social para demostrar el poder que tenía.
Una situación así no puede generar otra sensación que no sea la de miedo. Pero Natalia prefirió enfrentar ese miedo llamado Marco Calfio. En la casa, a las 4 de la madrugada, Calfio la agredió a golpes y la tomó por el cuello. Natalia gritó y esos gritos fueron los que escucharon los vecinos, quienes avisaron a la Policía.
Cuando llegó el móvil, el joven había huido y ella pidió que lo detengan así la dejaba tranquila. Dos horas después, Calfio volvió al ataque y fue el último.
Lo que cuenta la escena del crimen
Se pudo establecer que el desenlace ocurrió entre las 6 y las 7 de la mañana. También fueron claves los vecinos que escucharon ruidos y volvieron a llamar a la Policía. El móvil llegó en cuestión de minutos y los policías se toparon con Calfio, quien alegó que la había encontrado muerta y que supuestamente se había suicidado.
¿Qué vieron los expertos? Cuando la fiscalía ordenó analizar la escena del crimen, peritos de criminalística hicieron el relevamiento que luego se completó con la autopsia. En la fría mesa metálica del Cuerpo Médico Forense determinaron que la joven presentaba varios golpes y la causa de la muerte fue “asfixia por estrangulamiento por lazo”.
Cuando uno revisa la casuística, tranquilamente podría ser la causa de muerte en un suicidio, pero la versión de Calfio no cuadra con la escena. Supuestamente, Natalia se había colgado con un cordón de zapatilla sujetado de un ventiluz. Ningún forense compró esa teoría, primero por una cuestión de peso: las chapas finas del ventiluz hubiesen cedido de inmediato. Y además las marcas en el cuello no fueron tan profundas. Además, en el baño encontraron un colchón que es donde estaba la chica.
Con todos estos elementos sobre la mesa la reconstrucción que hacen los expertos avala la acusación fiscal de femicidio. Repasemo: Calfio habría golpeado y dejado indefensa a Natalia, tal vez inconsciente. Es por eso que cuando lo revisaron, el hombre no tenía lesiones defensivas de parte de la víctima. La estrangula con el cordón y después intenta montar una escena para que parezca un suicidio. El colchón lo utilizó para transportar el cadáver, por lo que el desenlace habría sido en otro espacio de la casa. Luego la llevó al baño porque le pareció que allí sería más creíble el montaje. Es decir, hubo conciencia forense en su accionar con claras intenciones de desviar la investigación.
Lo cierto es que Calfio no alcanzó a terminar con su puesta en escena debido a que llegó la Policía. Actualmente, el cordón utilizado fue derivado para ser analizado en busca de elementos biológicos. Es decir, buscan ADN de Calfio ya que, por principio de transferencia, si lo manipuló podrían haber dejado su huella genética en el cordón.
Pero hay algo más. Es un elemento tan sensible como dramático y macabro: se ordenaron otros estudios de laboratorio al cuerpo de la joven para descartar o confirmar si estaba embarazada.
Fuente: LMNeuquén