Aunque actualmente no se enfrenta una situación de emergencia, el coronavirus responsable de la pandemia de COVID-19 sigue presente en el mundo. Una nueva variante, denominada XEC, ha comenzado a propagarse rápidamente y ya ha sido detectada en Argentina. La doctora Mariana Viegas, investigadora del Conicet y responsable del laboratorio de salud pública en la Universidad Nacional de La Plata, informó a Infobae sobre esta situación.
“Hoy en día, no es común que las personas se realicen pruebas de COVID-19, lo que ha reducido la cantidad de muestras disponibles. Además, enfrentamos limitaciones en la compra de reactivos este año. Recientemente, logramos secuenciar 9 muestras y detectamos la variante XEC en 6 de ellas”, explicó la científica, añadiendo que las muestras provienen generalmente de pacientes hospitalizados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el último mes se registraron más de 270.000 nuevos casos de COVID-19 y 5.700 fallecimientos a nivel global, lo que representa un aumento del 10% en casos y del 11% en muertes en comparación con el periodo anterior. La variante XEC fue identificada por primera vez en Alemania en agosto de 2024 y se ha demostrado que tiene una ventaja de crecimiento sobre otras variantes en circulación. La OMS la clasifica como una “variante bajo monitoreo” y la considera una variante “recombinante”, ya que se originó cuando una persona fue infectada simultáneamente por dos variantes distintas. En este caso, XEC resulta de la recombinación entre las variantes KS.1.1 y KP.3.3, ambas derivadas de la variante JN.1, que fue predominante a principios de 2024.
Desde su detección, XEC se ha expandido a más de 27 países en Europa, América del Norte y Asia, siendo Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Canadá y Dinamarca los países con mayor número de casos reportados. En la actualidad, el número de casos diagnosticados podría estar subreportado, dado que muchos países han dejado de realizar secuenciaciones rutinarias. Se sospecha que las mutaciones T22N y Q493E en la proteína de la espiga del virus podrían contribuir a su ventaja de crecimiento, aunque aún no se conoce su impacto exacto en la replicación y transmisión.
Respecto a la gravedad de la enfermedad asociada con XEC, no se dispone de datos concluyentes. Sin embargo, se anticipa que los síntomas sean similares a los de otras variantes de COVID-19, incluyendo fiebre alta, dolor de garganta, tos, dolores de cabeza, fatiga y malestar general.
La dinámica de XEC presenta diferencias regionales, mostrando un crecimiento más gradual, con incrementos significativos en Europa y América. Según el último informe de la OMS, en Europa, la variante pasó de un 5,3% en la semana 34 a un 12,0% en la semana 37, mientras que en América aumentó de 0,9% a 2,8%.
En el Reino Unido, la Agencia de Seguridad Sanitaria (UKHSA) informó el 16 de octubre sobre un ligero aumento en las hospitalizaciones relacionadas con COVID-19, con una tasa de ingresos de 4,5 por cada 100.000 personas en la semana que terminó el 6 de octubre, frente a 3,7 la semana anterior. Jamie López Bernal, epidemiólogo consultor del UKHSA, declaró que, aunque no hay motivos de preocupación específicos sobre esta variante, se está monitoreando de cerca.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. mantienen que los síntomas de COVID-19 siguen siendo tos, congestión o secreción nasal, diarrea, fiebre o escalofríos, dificultad para respirar y pérdida del gusto o el olfato. Los síntomas pueden comenzar de manera leve y agravarse con el avance de la enfermedad.
El doctor Scott Roberts, especialista en enfermedades infecciosas de Yale Medicine, mencionó que no ha observado cambios significativos en el comportamiento del virus, aparte del aumento de la transmisibilidad. Hasta ahora, ninguna agencia sanitaria ha reportado síntomas específicos relacionados con la variante XEC; los síntomas son los mismos que se asocian con otras variantes, como fiebre alta, tos persistente, pérdida o alteración del sentido del olfato o gusto, dificultad para respirar, fatiga, dolor corporal, dolor de cabeza y congestión o secreción nasal.
Francisco Nacinovich, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), comentó que circula la información de que la nueva variante podría causar falta de apetito, pero aclaró que este síntoma es común en diversas enfermedades, especialmente en aquellas que provocan fiebre alta y decaimiento. Hasta el momento, no se ha detectado ningún síntoma específico diferente al del año pasado.
Para prevenir el COVID-19, se recomienda la vacunación con refuerzos, el uso de mascarillas en lugares con alta concentración de personas, como hospitales, y mantener una adecuada ventilación en espacios de trabajo.