Crimen de Hugo Ariel Ocampo: continúa el juicio por jurados, con Bazán y Morales complicados por comunicaciones telefónicas

Este miércoles se desarrolla la segunda jornada del juicio, mientras que en el primer día de debate, los familiares de la víctima rompieron en llanto en la sala de audiencia; los imputados Enzo Morales y Cintia Soledad Bazán se abstuvieron de declarar ante el jurado popular y los defensores intentaron apartar de la escena criminal a sus asistidos.

Ayer declararon dos testigos de los cinco que estaban previstos. Lo hicieron Carlos Ocampo, hermano de Hugo Ariel; y el perito policial Carlos Damián Zurita. La emotividad estuvo en el testimonio de Carlos, quien recordó la búsqueda desesperada de la familia en el intento de encontrar con vida a Hugo Ariel. La pericia se pudo observar en el relato que brindó Zurita. Ante el jurado popular, el perito de la Policía dio detalles de las llamadas telefónicas y mensajes que realizaron Ocampo, Morales y Bazán el lunes 18 de enero de 2021, día en que sucedió el crimen.

Zurita explicó que la última llamada que recibió Ocampo fue ese día a las 6.30. Era de Bazán. En esa ocasión, dialogaron durante 92 segundos. Esa llamada telefónica impactó en una antena que está ubicada en la avenida Hipólito Yrigoyen, a metros de una estación de servicio, en la zona sur de la ciudad Capital. También se estableció que, por mensajes y llamadas que recibían Morales y Bazán en las primeras horas de la mañana, se puede estimar que los acusados podrían haber estado juntos o cerca uno del otro. Además, se indicó que Morales y Bazán tuvieron comunicaciones -no necesariamente entre ellos- luego de las 13, siempre el mismo día del homicidio. En las jornadas anteriores al asesinato, Bazán se comunicó de manera fluida con Morales y Ocampo. En tanto, al día siguiente del suceso, no hubo más conexión en el celular de la víctima.

El crimen de Ocampo sucedió el 18 de enero de 2021. Ocampo y Bazán -quienes habrían tenido una relación- se habían puesto de acuerdo para encontrarse en una estación de servicio y luego dirigirse a una construcción en un sector descampado de Antapoca. En ese lugar irrumpió Morales, quien habría ultimado a Ocampo con golpes en su cabeza para luego arrojarlo a un aljibe que tenía una profundidad de 20 metros.

La familia denunció la desaparición y se realizaron amplios operativos de rastrillaje para localizarlo.

El cuerpo sin vida de Hugo Ariel Ocampo, quien era intensamente buscado durante casi una semana, fue hallado un domingo a la mañana dentro de un pozo -similar a un aljibe en desuso -, en la localidad de Antapoca, Departamento Valle Viejo, Catamarca.

La fosa estaba a pocos metros de una casa deshabitada, allí fue encontrado el cuerpo irreconocible de Ocampo, en medio de un gran operativo policial, encabezado por el ministro de Seguridad Gustavo Aguirre, la presencia de los fiscales Jesica Miranda y Hugo Costilla y personal especializado de las divisiones de Inteligencia Criminal y Trata de Personas de la Policía de Catamarca.

Más tarde, lograron identificar a Ocampo por cicatrices y tatuajes (tenía escritos los nombres de sus hijos, estampada una imagen de la Virgen del Valle y el escudo del Club Policial) y se desataron escenas de profundo dolor entre sus familiares y allegados, muchos de los cuales estuvieron presentes en el operativo.

De acuerdo a las pericias preliminares, Ocampo había sido asesinado a golpes en el lugar para luego ser arrojado dentro del pozo, que terminó cubierto por ramas.

En el fondo de la profunda cavidad había poca agua, y tras una serie de preparativos y relevamiento de pruebas, el cadáver fue extraído y trasladado a la Morgue Municipal para la realización de la autopsia que se llevó a cabo el domingo a la noche. Los primeros datos indicaban que el final de la víctima fue violento. La causa de la muerte de Ocampo fue por estrangulamiento y traumatismo de cráneo.

Cintia Bazán y Enzo Morales quedaron imputados por el homicidio de Hugo Ariel Ocampo.

Morales quedó detenido en el penal de Miraflores en tanto que Bazán alojada en la Unidad Penal N° 2.

La investigación reveló que Ocampo y Bazán habían coordinado un encuentro en una estación de servicio, tras lo cual se dirigieron a una construcción en un sector descampado, donde Morales habría atacado a Ocampo con golpes en la cabeza antes de arrojarlo a un aljibe de gran profundidad.

A pesar de la estrategia de la defensa de Bazán que alega coacción por parte de Morales, la Fiscalía desestimó la hipótesis en el curso de la instrucción. La fiscal Yésica Miranda elevó la causa a juicio por “homicidio calificado por alevosía”, incluyendo a ambos imputados, y se agregó el agravante de relación de pareja en el caso de Bazán.